En el océano Índico se encuentra la isla Sentinel del Norte cuyos 72 km2 son habitados por una de las últimas tribus aisladas del mundo. Nadie sabe cuántos son, ni qué lengua hablan. Patrullado por la marina india, está prohibido pisar su territorio y de hecho nadie ha logrado poner pie más allá de la orilla de su playa. Aquellos que se han acercado han encontrado la muerte a manos de sus habitantes. The Mission, de Jesse Moss y Amanda McBaine, relata la historia de la última persona que pagó con su vida la osadía de intentar entablar contacto con los sentineleses: John Chau, un joven misionero cristiano que vivía en una fantasía.

Sin juzgar su misión, Moss y McBaine (Boys State) nos cuentan cómo es que John Chau pasó de ser un pequeño apasionado de historias de aventuras y exploradores al estilo de Robinson Crusoe a obsesionarse con llevarle la palabra de su Dios a un pueblo incomunicado. Esta parte del documental nos muestra cómo es que la mente adolescente puede ser manipulada a extremos peligrosos y cómo es que la religión convierte en arma la amistad entre sus reclutas para seguir alimentando el fanatismo.

El éxito de The Mission radica en que rodea el relato de la vida de John Chau con una investigación sobre el colonialismo. Con ayuda de excelentes entrevistas, los directores indagan en las narrativas colonialistas de salvador blanco y cómo los medios de comunicación, como el propio National Geographic (distribuidores de este filme), retratan el modo de vivir “sin tecnología” de pueblos indígenas, como si fueran unos primitivos cuya vida mejoraría drásticamente con la tecnología moderna.

Los testimonios del Profesor Dan Everett son clave. Como un exmisionero que intentó convertir al pueblo pirahã en la Amazonía, Everett comparte cómo, después de años de una complicada vida, se dio cuenta del daño que le podía causar a los indígenas; su viaje espiritual sufrió un revés y, a través de la empatía, comprendió que su labor y su fe ciega en la religión eran un error. Su historia es contraria a la de Chau, quien joven, impetuoso y egoísta, nunca veló por los intereses de los indígenas: no había compasión en su misión. A través de Everett y las palabras de cristianos entrevistados, podemos ver cómo el misionero está desconectado de la realidad y, a diferencia de las personas a las que quieren convertir, no comparten conexión alguna con la Madre Tierra. Su único interés es hacer que piensen como ellos.

Entrevistas a exploradores ayudan a acrecentar el misterio detrás de los sentineleses, mientras que amigos y conocidos de Chau nos permiten aprender sobre la personalidad aventurera del chico y su fanatismo religioso. Pero las principales guías narrativas de este  documental son el diario de Chau (leído por un actor) y una carta que su padre redactó tras la tragedia. Moss y McBaine ilustran y complementan esas palabras con excelentes recreaciones y algunas animaciones. 

The Mission es una historia sobre la dualidad letal del colonialismo y la labor misionera que puede consumir a las mentes más vulnerables. Moss y McBaine no juzgan a John Chau, sino que nos presentan al humano detrás de la tragedia para luego permitirle a la audiencia emitir un juicio sobre su error y todos los elementos que influyeron en el mismo. 

“The Mission” formó parte del programa FallDocs de IDA y ya se encuentra disponible en cines estadounidenses.