Vamos a platicar sobre dos películas, una de ficción y una de no ficción, ganadoras del premio de Mejor Dirección en Sundance 2022 que se desarrollan en el mismo país, bajo un duro contexto bélico: “A House Made of Splinters” de Simon Lereng Wilmont y “Klondike” de Maryna Er Gorbach.

Después de retratar la vida de un niño ucraniando de 10 años viviendo cerca del frente de guerra en “The Distant Barking of Dogs”, el director danés Simon Lereng Wilmont continúa su enfoque en los estragos que la guerra tienen en los niños, ahora de manera más indirecta pero igual de poderosa, en “A House Made of Splinters”.

El documental sigue a Sasha, Eva, Kolya y Alina, cuatro niños viviendo en el Centro de Rehabilitación Psicológica Social Lysychansk, un refugio temporal para infantes abandonados que todavía tienen esperanza de ser adoptados o de regresar a casa. Muchos de ellos vienen de hogares rotos por el alcoholismo y la ruina generada por la guerra y el desempleo. 

En este lugar, los niños reciben comida, cama y educación de manos de amorosas trabajadoras sociales. Los niños juegan, hacen coreografías de baile, cuentan historias de noche y hacen cartas de amor, pero detrás de cada acto de inocencia, encontramos la melancolía del abandono potencializada por madres que han dejado de visitarlos.

Con una dirección sobresaliente, Wilmont logra retratar tanto cariño, inocencia y amor como melancolía y soledad, a veces todo en la misma escena. Su cámara observa, por ejemplo, a Sasha y Alina haciendo promesas de ser mejores amigas, golpearse de manera amistosa, reír y compartir historias sobre cómo sus madres les dejaron tomar alcohol, todo en cuestión de minutos.

Wilmont utiliza una observación cálida y delicada que jamás cae en la manipulación o explotación para retratar la vida en un lugar que intenta transformar tristeza en esperanza para las inocentes víctimas de un gris panorama social. Un documental profundamente humano y compasivo que nos permite ver las consecuencias de la guerra en un escenario poco explorado.

“A House Made of Splinters” obtuvo el premio de Mejor Dirección en la Competencia de Documental Mundial de Sundance 2022.

No dejamos Ucrania para abordar “Klondike” de Maryna Er Gorbach, una de las cintas más desgarradoras de Sundance 2022 cuyo mensaje directo y crudo no podría ser más relevante el día de hoy. 

“Klondike” nos da la bienvenida con el estallido de una bomba que destruye la pared de la sala de Irka (una excelente Oksana Cherkashyna), una mujer en las últimas etapas del embarazo que vive junto a su esposo Tolik (Sergey Shadrin) en el este de Ucrania, muy cerca de la frontera con Rusia. Todos sus vecinos se han ido: es julio de 2014 y el conflicto bélico está por escalar. 

A través del hoyo de lo que era la sala, podemos admirar una vasta y bonita vista del campo, misma que durante el transcurso del filme, tendrá mucha actividad. Tolik está asociado con fuerzas separatistas, por lo que constantemente debe proveer soporte en forma de comida o vehículo. Con casa y carreola destruida, su esposo matando a su vaca para alimentar a soldados, dos hombres discutiendo por su destino y muerte literalmente cayendo del cielo, Irka intenta mantener la cordura en medio de una creciente ola de traumas. Cherkashyna es fenomenal en el papel, proveyendo momentos de intensidad y sutileza actoral, así como un toque de humor absurdista. 

Con ayuda de la excepcional fotografía de Sviatoslav Bulakovsky y una composición inteligente que utiliza un muro caído para desarrollar la historia, Gorbach magistralmente monta un sentimiento de pavor progresivo hasta culminar con un tercer acto brutal, violento y escalofriante que demuestra la fortaleza de Irka e ilustra la carencia de humanidad que existe en la guerra y cómo aquellos que las luchan en nombre de hombres ricos, no son más que esclavos.

Gorbach dedica la película a las mujeres; mujeres que deben sufrir los estragos de las guerras creadas por los hombres.

“Klondike” ganó Mejor Dirección en la sección Dramática Mundial de Sundance 2022.