Desde que leí la premisa de “1946: The Mistranslation That Shifted Culture” supe que estaba a punto de abrir viejas heridas. Como un hombre gay de un hogar y educación fuertemente católicos, se me inculcó desde niño que la homosexualidad era un pecado y que estaba destinado a ir al infierno por rendirme ante mis pasiones. Esto no solo provocó inseguridades y miedos, sino un rechazo definitivo a la religión, que había sido por mucho tiempo un pilar fundamental en mi vida.

Sin embargo, este documental de la directora Sharon Roggio plantea una tesis muy interesante para todos aquellos que tienen este dilema: ¿Qué pasaría si todo el supuesto castigo a la homosexualidad que se menciona en la Biblia fuera el producto de una mala traducción? A través de entrevistas con traductores, expertos en el tema de distintas religiones y experiencias personales de los involucrados, la directora nos revela poco a poco cómo un texto hecho para esparcir amor y compasión se convirtió en una excusa para la discriminación y la homofobia.

Además de los datos y descubrimientos (en sí mismos bastante interesantes) el corazón del documental está en las vivencias de la directora y otros involucrados. Ella misma es lesbiana y viene de una familia religiosa: su padre es pastor y está convencido de que la homosexualidad es una elección, algo que se puede cambiar. Sharon de hecho nos muestra su convivencia con él y le da espacio a cámara, tanto para confrontarlo como para que dé su perspectiva frente a los descubrimientos.

Este acercamiento personal permite ver el fuerte conflicto que se produce en gente que genuinamente cree y ama a Dios pero que no cree que la homosexualidad sea un pecado. Las personas deben vivir una especie de doble vida: una con su familia y otra con el mundo, o abandonar definitivamente a sus seres queridos aunque los amen; esto sin contar a quienes sufren violencia o tienen que abandonar sus hogares sin tener a donde ir.

En uno de los segmentos más fuertes, una mujer se pregunta mientras escucha los cantos de un coro en una iglesia, cuántas muertes y odio se pudo haber evitado de no ser por una mala traducción: ¿cómo la inclusión de una palabra pudo causar tanto daño? Los efectos son hasta hoy devastadores. Obviamente hay varios factores más que contribuyeron a este odio, y el documental inteligentemente los señala, pero el uso que se le ha dado a la Biblia como excusa para la homofobia sí es innegable.

Revelar mucho de los descubrimientos no tiene sentido, pues es el propósito del documental en sí. Con mucha empatía, una investigación muy bien presentada, argumentos sólidos y un centro emocional poderoso, “1946: The Mistranslation That Shifted Culture” es un trabajo necesario y conmovedor que balancea perfectamente su lado informativo con la búsqueda de fe. No sé si algún día yo vuelva a creer en Dios, pero esta película definitivamente me hizo reconsiderarlo.

“1946: The Mistranslation That Shifted Culture” forma parte de la programación del Palm Springs International Film Festival 2023.