Es innegable que el terror es uno de los géneros fílmicos con mayor potencia y funcionalidad al abordar temas complejos como la pérdida y el trauma, pero no todas las propuestas resultan efectivas, como es el caso de Boogeyman: Tu miedo es real dirigida por Rob Savage, película que se pierde en el armado de su historia y en la construcción del terror a partir de jumpscares gratuitos y poco relevantes. 

Sadie (Sophie Thatcher), Sawyer Harper (Vivien Lyra Blair) y Will (Chris Messina) siguen en luto por la reciente muerte de su madre y esposa, respectivamente. Will es un terapeuta y mientras sigue con su duelo, aparece en su consultorio (ubicado en su casa) un extraño paciente llamado Lester (David Dastmalchian), quien le revela que toda su familia murió a causa de un ser desconocido, el cual ataca desde las sombras. A los pocos minutos, Lester se quita la vida en la casa de Will y eso desencadena que el tenebroso ser ahora tenga como víctima a la familia Harper. 

Rob Savage (Host), junto a los guionistas Scott Beck (Un lugar en silencio), Bryan Woods (65) y Mark Heyman (El cisne negro), proponen una cinta de terror con temas interesantes como el duelo y el trauma de perder a un ser querido, sin embargo, el resultado se queda en la medianía debido a su deshonestidad y falta de autenticidad en la construcción de sus momentos de horror y la divagación del planteamiento temático; el terror se construye desde el uso repetitivo y efectista del score para indicar la inminente aparición del antagonista, y así eliminar cualquier intención de sorpresa; además, todos los espacios abusan de la falta de luz total y por muchos momentos se entorpece la experiencia del espectador. 

A través de la psicología de los personajes se explora el miedo a la oscuridad y a la pérdida, pero estos temas que se abordan sólo funcionan como un combustible de baja potencia para generar horror sencillo y fácil, el cual tiene problemas enganchando al espectador. Desde el principio se deja ver que los tópicos desencadenan la presencia de The Boogeyman, pues él funge como la representación tangible y oscura de aquellos sentimientos y emociones, sin embargo, hacia el último tramo de la cinta los traumas se olvidan y resulta que el antagonista sólo está ahí para castigar sin motivo aparente.

Uno de los aciertos de la película es el diseño del antagonista The Boogeyman, o mejor conocido como El coco, porque mantiene su ambigüedad fisonómica al nunca revelar con claridad su cuerpo entero y solo conocerlo través de su mirada y silueta, aspecto que continúa reforzando el misticismo del personaje. Y aunque sus apariciones no son tan aterradoras o causantes de sobresaltos inesperados o espectaculares, esta decisión de diseño refuerza la intangibilidad del personaje.

Boogeyman: Tu miedo es real es una película que no alcanza a explotar su potencial temático y técnico debido a su férreo interés por el susto fácil y efectivo. Aunque el personaje antagónico por sí mismo resulta interesante, el resultado no es más que olvidable y cansino, con pocos momentos memorables y poca efectividad en sus construcciones dramáticas y técnicas. 

“Boogeyman: Tu miedo es real” ya está disponible en cines.

Imagen de portada cortesía de Disney.