Kelli Dillon fue encarcelada a los 19 años de edad tras defender su vida y la de sus hijos del ataque de un violento abusador. En prisión fue sometida a una cirugía ginecológica que supuestamente tenía el objetivo de tratar una amenaza de cáncer, sin embargo era una mentira. Al igual que muchas otras prisioneras de color, Kelli fue ilegalmente esterilizada por los doctores del Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California. Su historia es central en una profunda y valiente investigación que Erika Cohn expone en “Belly of the Beast”, documental realizado a lo largo de siete años.
Para descubrir estos nauseabundos acontecimientos, Kelli recibió ayuda de Cynthia Chandler, una valiente abogada y activista que ha dedicado su vida a pelear por justicia racial y de género. Juntas descubren que el estado patrocina esterilizaciones selectivas a mujeres, principalmente latinxs, afroamericanas e indígenas, como un método económico diseñado para evitar que las reclusas se embaracen; para el gobierno, esto es más barato que pagar por el bienestar y asistencia social de futuros bebés. Y claro, todo esto se hace sin el consentimiento de las prisioneras.
El documental explica la historia de la esterilización en Estados Unidos, y en específico de California, lugar estudiado por los nazis para diseñar su propio programa de eugenesia. Esta idea es fascinante, pues abarca el tema del racismo estadounidense y las intenciones del hombre blanco por reducir a la población de color en “sus” tierras. Lamentablemente, Cohn no indaga mucho en ello. Este es un problema que me encontré varias veces a lo largo de “Belly of the Beast”. La directora introduce ideas que insinúan una exploración de las causas sociales que sentaron las bases para las esterilizaciones, pero siempre las hace a un lado para continuar su enfoque en otras cosas, dejando la investigación incompleta.

Sin embargo, el acercamiento de Cohn al caso de Kelli es muy efectivo, pues le da luz al cruel sistema de encarcelamiento en Estados Unidos. Las prisioneras son números y el gobierno se niega a darles un tratamiento humano. Al tener poder nulo y con la amenaza de una extensión de su sentencia, es muy fácil para los doctores llevar a cabo las esterilizaciones.
Es difícil no sentirse inspiradx por Chandler, la abogada que en secundaria usaba un mohawk y que ahora sigue esa ideología punk para luchar por derechos humanos. Sus explicaciones son claras y en el momento de la verdad, siempre emite diálogos poderosos. Acertadamente, Cohn muestra el lado humano de esta mujer. No es una superheroína con todo el tiempo del mundo, sino una madre que ha perdido valioso tiempo con sus hijos para llevar a cabo la investigación.
Kelli es el motor del documental, pues a través de sus testimonios vislumbramos su camino de una reclusa temerosa a una empoderada activista determinada a detener las inhumanas acciones del gobierno. Su historia es una ventana a la vida en prisión y los estragos emocionales causados por la forzada experiencia quirúrgica.
“Belly of the Beast” es una valiosa investigación que, al darle voz a una población olvidada, busca la obtención de justicia y la erradicación de crímenes infrahumanos perpetrados por el estado.
“Belly of the Beast” forma parte del programa oficial del Double Exposure Film Festival 2020. Recuerda seguirnos en Twitter y Facebook para no perder detalle de la cobertura de este y otros festivales.