Una de las ventajas de Netflix es que constantemente traen cine de otros países, de los cuales jamás nos enteraríamos de otra forma. Esto le permite al espectador conocer otras formas de hacer películas y toparse con varias joyas ocultas. Lastimosamente, ese no es el caso de “Chicas con glamur”, de la directora Bunmi Ajakaiye, un melodrama nigeriano con toques de thriller cuya terrible ejecución y confusa trama dejarán a varios con ganas de haber visto otra cosa.
En el turbio mundo de la prostitución, Emma (Sharon Ooja) encuentra esperanza cuando es acogida por Donna (Nse Ikpe-Etim) una mujer con conexiones muy poderosas en el negocio de las escorts. A la vez, Jemma (Joselyn Dumas), una antigua amiga y trabajadora de Donna que ha salido de ese mundo, regresa para pedirle ayuda. Las tres mujeres viven distintas experiencias, hasta que un terrible acontecimiento amenaza con quitarles todo.
Algo de lo cual no se puede acusar a la película es de contar con malas protagonistas: las tres mujeres hacen un excelente trabajo en hacer a sus personajes convincentes e interesantes pese a un guion caótico lleno de incoherencias y situaciones inverosímiles. Sharon Ooja es encantadora en su trama de cenicienta, mientras que Nse Ikpe-Etim transmite la autoridad necesaria para su personaje, con el suficiente corazón para justificar el cambio de 180 grados del tercer acto.
Sin embargo, ni ellas pueden salvar un guion sobrepoblado no solo de conveniencias, sino de contradicciones garrafales: cambios abruptos de personalidad, subtramas innecesarias, flashbacks de cosas que vimos hace pocos minutos, saltos de escena toscos, todo esto y mucho más llenan las dos horas de película y la hacen sentir como si durara el doble.
En el aspecto técnico también hay muchos problemas que distraen demasiado, particularmente el sonido, el cual parece especialmente interesado en que notemos cómo los actores no están hablando al micrófono: los cambios de volumen entre las voces son tan marcados que sacan de la historia. Tampoco ayuda la saturación de canciones, varias de las cuales duran solo unos segundos, como si la directora tuviera miedo de que el espectador fuera a apagar la tele si hay el más mínimo silencio.
A esto se suman saltos extrañísimos y cambios de color abrutos dentro de la misma escena, transiciones innecesarias y algunas actuaciones exageradas por algunos de los personajes secundarios. Aunque los vestuarios están muy bonitos y se lucen en transmitir bien la parte de “glamur” prometida en el título, no son suficiente para levantar todo lo antes mencionado.
Si bien “Chicas con glamur” no es la mejor opción para acercarse por primera vez al cine de Nigeria, Netflix cuenta con muchas producciones de dicho país, varias de ellas muy famosas. Un solo trabajo no representa toda la filmografía de una región, así que si quieres conocer más de Nollywood hay mucho de donde elegir, suficiente como para armar un maratón: solo cuando lo hagas, tal vez quieras saltarte esta película.
“Chicas con glamur” ya se encuentra disponible en Netflix.