“Descuida, yo te cuido” (I Care a Lot) es una película llena de personajes desagradables que intenta hacerte escoger entre el menor de los males. Es vil y cínica, pero innegablemente entretenida.
Marla Grayson (Rosamund Pike) es una guardiana de personas mayores. “Cuidar es mi trabajo”, dice ella para engañar a confianzudos jueces. En realidad, Marla trabaja junto a su novia Fran (Eiza González), un grupo de corruptos doctores y casas de retiro para aprovecharse de ancianos abandonados por familiares. Marla se convierte en su guardiana legal, los mete a un asilo y vende sus propiedades para obtener mucho dinero. Todo esto sin el mínimo atisbo de piedad.
Cuando Marla enfoca su mirada en Jennifer Petersen (Dianne Wiest), una muy adinerada mujer aparentemente sin familia cercana, las cosas comienzan a complicarse. Marla le quita la casa, la mete a un asilo y la priva de comunicación con el mundo exterior. No sabe que Jennifer es en realidad la hija de Roman Lunyov (Peter Dinklage), un poderoso mafioso ruso que inmediatamente comienza a moverse para recuperar a su madre.
Marla es una mujer determinada, calculadora y testaruda, así que no se deja intimidar ante las amenazas de Lunyov y sus secuaces (incluyendo a un excelente Chris Messina en papel de abogado). Es aquí cuando “Descuida, yo te cuido” se convierte en un thriller y una batalla entre dos fuerzas corruptas y antipáticas.

La película entera es una crítica a la manera en cómo la sociedad estadounidense recompensa a las personas más desalmadas que habitan en el mismo. Es un ciclo vicioso que corrompe y saca a relucir lo peor de la humanidad. Marla es un vivo retrato del sistema capitalista que antepone dinero antes de las necesidades del pueblo. El director J Blakeson (“The 5th Wave”) lanza estos temas con fuerza y sin rodeos, pero sin llegar a contar nada nuevo.
El guión (también de Blakeson) está diseñado para causar incomodidad. La presentación de los personajes es perturbadora y rápidamente te encontrarás deseando que todos reciban su merecido. De manera retorcida, el director intenta crear empatía alrededor de Marla, pero ¿cómo querer el éxito de tal monstruo? Es una táctica desagradable que no funciona, pues existe una desconexión natural con esta historia que desesperadamente intenta convertir a su protagonista en una especie de antiheroína.
Aunque suene feo, “Descuida, yo te cuido” funciona mejor cuando genera placer a través del sufrimiento de sus personajes. Es cinismo puro. Un balance entre sátira y morbo que Blakeson ejecuta con relativa efectividad para despertar tu curiosidad por el destino de Marla. Sus herramientas principales: un guión sorpresivo, un ritmo feroz y una tremenda actuación protagónica.

Rosamund Pike (“Gone Girl”) se come a mordiscos la película. Una actuación picante y carismática que te obliga a prestar atención a la historia. Su sonrisa es aterradora y sus ojos son de hielo. Y cuando se combina con el resto del elenco, el resultado saca chispas; tiene un par de electrizantes escenas con Chris Messina y Dianne Wiest que parecen peleas de tiburones.
Además del apellido ruso, Lunyov es tu clásico malhechor con una fijación extraña (en este caso panecillos) y despliegues iracundos. Es un personaje cliché que Peter Dinklage (“Game of Thrones”) logra elevar con una gran actuación. El trabajo de Eiza González (“Baby Driver”) es fuerte y mesurado; la mexicana es una presencia indomable que le hace segunda a Pike sin problema alguno.
“Descuida, yo te cuido” podrá ser cínica, pero es una montaña rusa de emociones. Un thriller cautivador e ingenioso que tiene sorpresas, giros y humor negro. Aunque no querrás ver a nadie triunfar, la diabólica ejecución te mantendrá con los ojos pegados al televisor.
“Descuida, yo te cuido” ya se encuentra disponible en Netflix.