El reto de que una película dependa completamente de un giro no es sólo que éste sea sorpresivo e impactante, sino que al verla de nuevo todas las piezas caigan en su sitio y lo inexplicable cobre sentido. “Arrival”, “Sexto sentido”, “El orfanato” son algunos ejemplos de esta técnica bien empleada; sin embargo, este no es el caso de “Gemelo siniestro”, del director Taneli Mustonen, cuya vuelta de tuerca (además de predecible) termina por hundir una idea con bastante potencial.
Rachel (Teresa Palmer) y Anthony (Steven Cree) se mudan junto con su hijo Eliot (Tristan Ruggeri) a Finlandia con el objetivo de olvidar una terrible tragedia: la reciente muerte del hermano gemelo de Eliot, Nathan. Todo parece ir bien, pero Eliot empieza a comportarse de forma extraña y a decir que Nathan está con él. Asustada, Rachel poco a poco descubre que detrás del juego de su hijo se oculta algo más oscuro.
Hay momentos verdaderamente aterradores en esta película: una secuencia con espejo, velas y oscuridad incluídas me tenía aferrado al asiento. La fotografía tiene formas ingeniosas de presentar imágenes tétricas de forma hermosa (algunas secuencias de sueño son particularmente inquietantes y bellas a la vez). De igual forma, mantiene efectivamente el suspenso en varias ocasiones, revelando justo lo suficiente para sugerir algo aterrador sin realmente mostrarlo: este es un trabajo cuya fortaleza recae en jugar con la imaginación del espectador.
Se agradece que Taneli Mustonen confíe en el poder de sus imágenes y recurra en pocas ocasiones a los jump scares, e incluso cuando lo hace, están bien construidos. El director y su equipo crean una atmósfera lúgubre sin ser pesada, y espero verlo pronto dirigir otra película de terror (sobre todo una con elementos de folklor, el factor más interesante visual y temáticamente de esta película). Aunque los diálogos son algo toscos en ocasiones, saca buenas actuaciones de todo su elenco, destacando a Teresa Palmer, quien transmite de forma creíble los cambios bruscos de tono.
Lamentablemente, todas estas virtudes no compensan un guion incoherente y confuso cuyas revelaciones en el tercer acto tiran por la borda gran parte de lo construido y hace ver como gratuitas las partes más interesantes de la película. De manera muy similar al ridículo final de “El niño”, esta conclusión dejará a muchos haciéndose muchas preguntas, pero no en el buen sentido. Uno podría perdonar los clichés y lugares comunes en los cuales cae la película (sobre todo por sus cualidades técnicas), pero con un cierre tan insatisfactorio esto resulta difícil.
Dejar recaer todo el peso de tu historia en una revelación es una gran apuesta, una en la cual “Gemelo siniestro” salió perdiendo. Al final, la película no sólo traiciona a sus personajes, sino también al espectador: ambos se merecían algo mejor.
“Gemelo siniestro” ya se encuentra disponible en cines.