En una emotiva escena, un personaje en “Goodbye, Don Glees!”, nueva película anime de la directora y escritora Atsuko Ishizuka, un personaje señala el poder de las fotos: cuando las ves te transportan al momento en el cual fueron tomadas, y puedes volver a sentir las emociones que te embargaban en aquel momento. Es una reflexión muy apropiada para una película cuyo mayor poder es el de llevarte al pasado: al verla no pude evitar transportarme otra vez en la adolescencia, sentir esos momentos de angustia en los cuales parece que el mundo se te acaba y tus amigos se vuelven tu salvavidas en un mar de incertidumbre. Es una película con la magia de despertar emociones profundas con sutileza y mucha belleza.
En un pequeño pueblo, Roma (Natsuki Hanae) es un chico solitario del cual sus compañeros se burlan constantemente. Afortunadamente, el verano ya llegó, y su mejor amigo Toto (Yûki Kaji) regresa de Tokio para cumplir con su tradición anual del club Don Glees. Sin embargo, este año se les suma un nuevo miembro, Drop (Ayumu Murase), un niño pequeño en estatura pero con una gran energía. Su plan es prender fuegos artificiales y grabarlos con un dron, pero cuando su celebración toma un giro inesperado se verán lanzados en una búsqueda que cambiará su vida para siempre.
En un principio la historia parece bastante simple, sobre todo porque ya hay varias películas de amigos emprendiendo un viaje que los llevará al autodescubrimiento. Sin embargo, Ishizuka hábil y pacientemente va haciendo que nos enamoremos de estos personajes con pequeñas pistas de sus miedos y secretos; para cuando uno llega a los últimos 15 minutos de la película es imposible no soltar al menos una lágrima (yo derramé varias).
El miedo de Roma y Toto ante el futuro, tanto suyo como de su amistad, es el centro de la historia: ambos saben que esta etapa de sus vidas está próxima a terminar y mientras Roma se aferra a ella con toda su energía, Toto parece deseoso de dejarla ir. Todos los que ya hemos pasado por esta edad sabemos lo que esto significa: varios tenemos ese antiguo mejor amigo quien ahora es poco menos que un conocido, esa persona con quien pasábamos horas incontables y de quien ya no conocemos nada. Este podría ser el último verano de Toto y Roma, y ninguno de los dos está listo para enfrentar esa realidad.
Drop, por su parte, oculta detrás de su alegre e hiperactivo semblante un secreto mucho más oscuro del que uno esperaría, el cual da como resultado los momentos más conmovedores de la historia. Todo esto está hilado con una gran habilidad: las revelaciones no se sienten forzadas, las inseguridades salen a la luz poco a poco y cuando menos te das cuenta ya estos personajes han crecido en tu interior.
Esto va acompañado de una preciosa animación que reluce principalmente en los momentos finales. Conforme la aventura avanza, la animación da lugar a momentos más bonitos y ricos visualmente, haciendo que el espectador descubra junto a los personajes la belleza del mundo: una secuencia bajo las estrellas es particularmente preciosa, acompañada de una divertida melodía infantil (y una curiosa reflexión de la misma).
“Goodbye, Don Glees!” es una historia de amistad y crecimiento, de atesorar los momentos y su fugacidad, sobre la importancia de no tener miedo y vivir aventuras. Atsuko Ishizuka ha conseguido transformar lo que parecía ser un coming of age convencional (tanto narrativa como visualmente) en una experiencia memorable que te toca el alma.
“Goodbye, Don Glees!” formó parte del Fantasia International Film Festival 2022y ya está disponible en cines mexicanos como parte de Konnichiwa! Festival.