La representación indígena en los medios de comunicación es prácticamente inexistente. Muchos jóvenes ocultan sus raíces o su lengua y crecen pensando que su identidad es insignificante para el país en el que viven. Como consecuencia, muchos pueblos originarios tienen un alto índice de suicidios entre su juventud. En su extraordinario documental “Kuxlejal”, la directora Elke Franke busca crear concientización alrededor de esta situación a través de los testimonios de un grupo de jóvenes que utilizan el hip hop como desahogo.
San Andrés Larráinzar se encuentra en la región de Los Altos en Chiapas y sus habitantes hablan tzotzil. Aquí, los jóvenes luchan por encontrar una identidad en medio de un entorno con pocas oportunidades sin dejar atrás sus tradiciones indígenas. Es un balance delicado que ha derivado en una gran cantidad de suicidios.
Los sujetos de “Kuxlejal” explican sus vivencias alrededor de la depresión. Una chica explica los cortes que se realiza, un joven habla del suicidio de familiares y uno más expresa la culpa que sintió cuando alguien muy cercano se quitó la vida. Franke y su equipo hacen un excepcional trabajo explicando los motivos del problema y la lucha de la adolescencia por encontrar su lugar en el mundo.
Sin embargo, estos mismos jóvenes intentan canalizar sus emociones a través del baile y la música, y para ello han creado un grupo de hip hop llamado S-Hip-Hop Lumaltik. Sus canciones están en tzotzil; los chavos buscan empoderar la lengua y enaltecer su cultura. “Es parte de mí y si no tengo hijos, la quiero dejar en mis canciones”, dice uno de ellos. De manera inteligente, la directora se enfoca en la calidad lírica de las canciones para intentar comprender la lucha interna de los artistas. Para ellos, la música es una herramienta de unión, orgullo, desahogo y amor.

Durante una presentación, el líder de la banda expresa al pueblo la necesidad de espacios culturales para practicar. Este es un grave problema, pues sin lugares de aprendizaje que fomenten la expresión artística, los jóvenes de la comunidad fácilmente pueden caer en vicios y eventualmente en depresión.
En ningún momento el documental hace ver a estas personas como víctimas, más bien les da una plataforma para mostrar el orgullo que sienten hacia sus raíces, el talento que tienen como artistas y sus ganas de salir adelante.
La palabra “representación” se arroja mucho en el mundo del cine, pero hay pocos filmes que verdaderamente comprenden el término y lo utiliza de manera positiva. “Kuxlejal (Vida)” es uno de ellos. Un documental empático e indispensable que busca reivindicar y enaltecer a una cultura y su lengua a través de la expresión artística, además de crear concientización alrededor de los problemas emocionales que afectan a pueblos originarios como consecuencia del racismo y la falta de representación.
“Kuxlejal (Vida)” forma parte de la competencia oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia 2020 y estará disponible de manera gratuita por 24 horas a partir de las 21:30 del 29 de octubre a través de Cinépolis Klic. También puedes seguir a S-Hip-Hop Lumaltik en Facebook.
