“Ya no estoy aquí” ganó el premio del jurado y del público en la 17a edición del Festival Internacional de Cine de Morelia. No es fácil que críticos y audiencias coincidan así, pero en este caso Fernando Frías de la Parra construyó un retrato auténtico y muy difícil de ignorar. No importa de qué lado te encuentres: vas a encontrar algo especial en este filme. 

El protagonista de esta odisea es Ulises (Juan Daniel García Treviño), un adolescente amante de la cumbia. Vive en un duro vecindario al norte de Monterrey y pasa su tiempo bailando, cantando y recorriendo las calles junto a los Terkos, que es el nombre de su grupo de amigos y bailarines.

Para Ulises y sus camaradas, la cumbia es un lenguaje propio. Es vida. El baile los nutre, les permite comunicarse y olvidar la violencia de su entorno. Los holgados atuendos y excéntricos peinados son parte de su estilo. Juntos, estos elementos conforman una identidad.

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Con la historia llevándose a cabo durante el sexenio de Felipe Calderón, las advertencias aparecen, la violencia emerge y la sangre comienza a correr. Ulises es forzado a emigrar y dejar a los Terkos atrás. Termina trabajando en Nueva York. No sabe hablar inglés, se siente solo y ya no es alguien importante: es uno más. 

Los tipos con los que vive se burlan de su estilo y sus gustos por la cumbia. Cualquiera que haya pasado por la adolescencia ha sentido esa ira derivada de que alguien critique tu identidad. Y Ulises atraviesa por eso y más, pues vive en un lugar desconocido sin familia o amigos para reconfortarlo. Frías de la Parra captura esos sentimientos de soledad y los acentúa a través de flashbacks o memorias de su vida en Monterrey. 

Casi forzado, Ulises se hace amigo de Lin (Angelina Chen), la nieta del dueño de la tienda para la cual trabaja. Lin está mesmerizada por el peinado de Ulises y sus dotes para el baile. Aunque no sabe español, utiliza Google Translate y un diccionario para comunicarse y ayudar a Ulises. Estas escenas tienen una dulzura cautivadora.

La pequeña relación te abre los ojos y termina de redondear al personaje de Ulises. A través de ella ves esperanza para el protagonista, pero también amplifica la soledad que siente. Al salir de su zona de confort e ir a más lugares, se siente más alienado que nunca. Juan Daniel García Treviño maneja con confianza el papel principal. Sus bailes están llenos de pasión y su mirada te enrosca en su universo de dolor.

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Los detalles enriquecen la historia. El regalo de Lin, la llamada a la estación telefónica favorita, un fotógrafo cautivado por el peinado de Ulises. Sumamos las largas tomas y la fotografía de Damián García, y tenemos una experiencia dolorosamente auténtica.

“Ya no estoy aquí” es hipnótica. Frías de la Parra nos da un vívido retrato de identidad, miedo, amistad, música e inmigración. Ulises es la representación de la juventud caída… esa juventud víctima de su contexto social y una injusta guerra creada por un gobierno que se olvidó de su gente. 

“Ya no estoy aquí” se encuentra disponible en Netflix.