Para comenzar el año, llega “Zona de Riesgo” (Outside the Wire), el primero de muchos blockbusters que Netflix prepara para este 2021, mismo que sin duda se unirá al atiborrado grupo de películas rápidamente olvidadas. No tiene una historia interesante, ni personajes apantallantes, sólo el cascarón de una idea… y bonitos efectos especiales.
Thomas Harp (interpretado por el novato Damson Idris), es un piloto de drones, quien en una peligrosa misión desobedece órdenes y arriesga la vida de hombres aliados, por lo que es puesto a disposición de un prototipo de Inteligencia Artificial llamado Leo (encarnado a la perfección por el inexpresivo Anthony Mackie) para encontrar unos códigos nucleares. Junto a esta básica premisa, la película se pierde en el intento de explorar discursos complejos sobre la guerra y la rebelión de las máquinas.
Mikael Håfström, el director de esta cinta y de algunas otras como “Plan de Escape” y “El Rito”, construye una película de notable y limpia manufactura visual, pero con un pobre desarrollo de personajes y una historia prácticamente cliché, con inspiraciones en “Chappie” de Neil Blomkamp, “Terminator” de James Cameron e incluso hasta de “Día de Entrenamiento” de Antoine Fuqua y “Yo, Robot” de Alex Proyas. Por un lado, dos incompatibles compañeros realizan una misión (casi imposible), y por el otro, se toca la ética y la moral de las máquinas, que buscan la mínima oportunidad de sublevar los comandos, algo ya explorado hasta el cansancio.

Un aspecto que se añade al fallo de esta cinta es el acartonamiento de los dos actores principales, tanto del nuevo (Idris) como del experimentado (Mackie), este último deleitando al espectador con su limitado rango actoral. No hay un héroe de acción, no hay alguien carismático, pero ni siquiera hay una preocupación por superar esa convención; la psicología y motivaciones de los personajes se basan en constructos del género de acción y que no van más allá del insípido universo, el cual no se reglamenta ni se fundamenta. El director asume el conocimiento del espectador con respecto al contexto planteado y, en parte, tiene razón en asumirlo porque no hay una novedad.
El nivel discursivo se encierra en la superficialidad de diálogos y situaciones que en la mente del espectador pasarán desapercibidas por la tibieza del desarrollo. Existe un intento de criticar la rudeza y la corrupción de la guerra, diciendo que es mala porque cuesta vidas… y ya. Las máquinas, nuevamente, o mejor dicho, la máquina de este filme resulta ser la más coherente e irónicamente está consciente de las causas y consecuencias del aspecto bélico… y ya.
En general, “Outside the Wire”, nombrada en español como “Zona de Riesgo”, se queda en la superficie, lo cual provoca que sea una más del montón del género y de la marca roja del streaming. Tampoco le sirve mucho al histrionismo de Anthony Mackie. Realmente no hay nada de qué perderse, sólo correr el riesgo de gastar tiempo que tal vez no tenemos.
“Zona de Riesgo”ya se encuentra disponible en Netflix.