“Zombie” de The Cranberries comienza a sonar en algún punto del tercer acto de “El ejército de los muertos”. Este es el ejemplo perfecto de la carencia de sutileza que maneja la nueva película de Zack Snyder (recién llegada a Netflix). Su guion es absurdamente débil, pero el gore, la acción y la adrenalina están ahí para entretener y satisfacer audiencias. Espectáculo audiovisual para tapar fallas: es lo que mejor sabe hacer Snyder.
La historia nos lleva a Las Vegas, en donde un brote zombie ha causado estragos y aislado la zona. Un excéntrico billonario y dueño de un casino, Bly Tanaka (Hiroyuki Sanada), recluta al exmercenario Scott Ward (Dave Bautista) para formar un equipo, infiltrarse a la infestada ciudad y atracar una bóveda.
Y así, Ward recluta a su amiga mecánica (Ana de la Reguera), un soldado filósofo (Omari Hardwick), un maestro de las cajas fuertes (Matthias Schweighöfer), una piloto de helicóptero (Tig Notaro), un par de chicanxs youtubers buenxs para disparar zombies (Raúl Castillo y Samantha Win) y una francesa experta en contrabandear gente a la ciudad (Nora Arnezeder). También se les une el arrogante guardaespaldas de Tanaka (Garret Dillahunt), un desagradable guardia de seguridad (Theo Rossi) y Kate (Ella Purnell), hija de Scott, quien quiere rescatar a su amiga Geeta (Huma Qureshi) de las garras zombie. Y la misión debe llevarse a cabo antes de que una bomba nuclear acabe con la ciudad.
Los primeros 50 minutos de “El ejército de los muertos” son casi insoportables. Durante la preparación del atraco no hay acción, lo cual significa que no hay nada que distraiga del guion rebosante de clichés, personajes genéricos y débiles excusas narrativas. Aquí, Snyder intenta desesperadamente mantener nuestra atención con una orgía de canciones populares que haría sonrojar al soundtrack de “Suicide Squad”.
Snyder intenta abordar temas de relevancia social como el desplazamiento y el acoso, pero lo hace de manera superficial, torpe y sin llegar a crear un comentario completo. Más bien, da la impresión de que solo utiliza estos temas como vehículo de satisfacción barata y fácil.
Una vez que el elenco entra a Las Vegas, la diversión comienza y la creatividad fluye en forma de una bienvenida utilización de zombies inteligentes. No estamos ante los típicos comecerebros. La población no muerta de la ciudad tiene a un líder, una reina, un tigre zombie y una muy buena organización. Es gracias a esta idea que “El ejército de los muertos” desprende originalidad y encuentra sus mejores oportunidades narrativas. Es una lástima que, aparentemente este concepto absorbió toda la imaginación del filme porque su final es uno que hemos visto cientos de veces.

Snyder no es exactamente un prodigio contando historias, pero sabe cómo crear visuales deslumbrantes y esta película representa ambos mundos en esteroides. De un lado tenemos memorables tomas, feroces escenas de acción y satisfactorios momentos de gore. Y del otro, comedia simplona, giros obvios, diálogos vergonzosos y una historia que avanza a rechinidos. Sin embargo, entre explosiones, balazos en cámara lenta y la letalidad de un implacable tigre zombie, la película cautiva y llena la pupila, generando un producto entretenido. Y al frente de todo encontramos a un protagonista totalmente entregado.
A pesar de su enorme tamaño, Dave Bautista no es la figura arquetípica del cine de acción. No son sus músculos lo que le hacen destacar en “El ejército de los muertos”, “Blade Runner 2049”, “Hotel Artemis” y hasta la infantil “My Spy”. Es su corazón. Bautista impregna de humanidad a sus personajes, haciéndolos creíbles. En este caso, no importa la poca originalidad en sus diálogos y el pobre desarrollo de su personaje, pues su actuación genera emotividad y levanta al guion.
Bautista comparte gran química con Ana de la Reguera (“Por la libre”) y Ella Purnell (“Widlike”), quienes utilizan su energía y autenticidad para destacarse de entre un gran elenco. Nora Arnezeder (“Mozart in the Jungle”) también se luce; es una barredora en pantalla y su aura pateatraseros ayuda a la película a navegar por tragos amargos.
Si logras superar el primer acto, “El ejército de los muertos” te recompensará con entretenimiento sangriento y un par de momentos memorables de acción. El problema es que el guion es como un zombie aferrado a los tobillos de la diversión, siempre arrastrando a la película entera hacia la mediocridad.
“El ejército de los muertos” ya está disponible en Netflix.