Five Nights at Freddy’s es una franquicia independiente de videojuegos iniciada en el 2014 que rápidamente obtuvo mucha popularidad entre el público joven, en especial por ser una propuesta de supervivencia cuyos antagonistas son figuras robotizadas de animales con cualidades verdaderamente siniestras. De la mano de Blumhouse Production, esta propiedad intelectual creada por Scott Cawthon llega a la pantalla grande con Five Nights at Freddy’s y el resultado es loable debido al esmero en crear un producto con referencias para satisfacar a fanáticos del material original, pero también para atrear al público casual a través de buenas dosis de suspenso.

La narrativa se centra en Mike (Josh Hutcherson), un joven que va de trabajo en trabajo y que busca desesperadamente mantener la custodia de su hermana menor Abby (Piper Rubio). Muy a su pesar acepta ser guardia de seguridad en un restaurante abandonado llamado Freddy Fazbear’s Pizza, pues el dueño por “cuestiones sentimentales” no lo desea demoler. Durante su estancia en el restaurante comienza a experimentar pesadillas relacionadas con su hermano menor a quien secuestraron años atrás y al mismo tiempo se percata que cosas extrañas suceden con algunos animatrónicos que decoran el lugar. No es hasta que Vanessa (Elizabeth Lail), una policía del condado, le confirma sus sospechas: los animatrónicos tienen vida propia, pues en ellos yacen los espíritus de niños asesinados por el dueño del restaurante. 

Es sorprendente el hito en el que se convirtió Five Nights at Freddy’s tanto en el ámbito de los videojuegos, como en el de la cultura popular en tan poco tiempo. ¿Quién no ha visto algún producto de esta marca en estantes de juguetes o artículos coleccionables?, pero ¿qué es lo que ha hecho especial a la franquicia? Logró enganchar a un sector del público que se apasionó con los personajes, los diseños y las historias dentro de un universo de suspenso y terror. Y ahora el gran triunfo de esta primera adaptación fílmica (que seguramente será una saga muy jugosa) es establecer y cumplir dos objetivos claros: gustarle a los fanáticos del concepto a través de jumpscares, diseños fieles, referencias al universo videojueguil y una atmósfera sombría, así como cautivar a público nuevo con una historia sencilla, pero interesante a nivel temático.

Scott Cawthon, Seth Cuddeback y la directora Emma Tammi escriben esta historia que rescata a los personajes más prominentes del concepto original y le añaden elementos nuevos como los traumas del protagonista, los cuales funcionan para hilar el mundo físico y el del subconsciente. La película no se decanta por el terror absoluto, puesto que en muchos momentos reina un thriller psicológico que teje sus redes poco a poco para enganchar al espectador. Este thriller está sostenido por temas relacionados al maltrato y la violencia infantil, así como por la psicopatía del antagonista principal y el resultado no es menos que escalofriante.

Para ser una película con un presupuesto de aproximadamente 20 millones de dólares, el diseño de producción de Marc Fisichella (Maze Runner: Correr o morir) junto a otros elementos como la fotografía de Lyn Moncrief (Venganza) y la música de The Newton Brothers (Doctor Sueño) generan una atmósfera inmersiva, en especial cuando los eventos se desarrollan en el centro de diversión. 

, Five Nights at Freddy’s pudo haber seguido el camino de Saw por la hechura de las muertes, pero eso significaría la reducción de público por temas de clasificación. A esta propuesta le interesa servirle asertivamente a los fanáticos, pero también se ocupa de captar nuevas audiencias. 

“Five Nights at Freddy’s” ya está disponible en cines mexicanos.