Basado en la galardonada novela de Cesare Pavese, el coming-of-age The Beautiful Summer (La bella estate) no tiene grandes sorpresas narrativas y ciertamente cuenta con demasiados elementos típicos del género, sin embargo la película funciona porque la directora Laura Luchetti te hipnotiza mediante deslumbrantes elementos técnicos y una exitosa evocación del mar de emociones que uno puede sentir durante la juventud.

Ubicada en 1938, la historia sigue a Ginia (Yile Yara Vianello), una joven de 16 años que tras crecer en el campo, ahora vive con su hermano (Nicolas Maupas) en la gran ciudad de Turín en donde trabaja como costurera. Durante un picnic con amigos, conoce a Amelia (Deva Cassel), una modelo de espíritu libre quien la introduce a un grupo de amigos/amantes artistas, preparando así la mesa para una exploración de amor y decepción.

Algo que diferencia al guion de otras películas similares es su trato orgánico y sin necesidad de grandilocuencias del sexismo de la época, mismo que notamos de manera constante en los comentarios casuales que hombres hacen sobre las mujeres, en particular sobre Amelia; a pesar de que todos babean por ella, siempre la critican por sus desnudos de modelo. Otro claro ejemplo son los pintores que utilizan su posición para atraer a mujeres según les convenga. Este adecuado tratamiento se convierte en un obstáculo de la protagonista para ejercer su identidad con soltura.

La mezcla de inocencia y curiosidad en la mirada de Yile Yara Vianello (Corpo celeste) es una de las grandes armas de The Beautiful Summer, pues a través de ella podemos sentir el asombro de Ginia mientras descubre este nuevo mundo. Esto incluye, por supuesto, el aspecto sexual que es estimulado por la presencia de Amelia en su vida.

El aspecto coming-of-age es efectivo hasta cierto punto. Es interesante ver a Ginia equivocarse y aprender, enamorarse y decepcionarse, intentar expresar su identidad en un mundo patriarcal, querer amor pero no recibirlo como lo espera, dejarse llevar por el aspecto personal y descuidar el laboral. La película evoca la confusión de la juventud y el torbellino de anhelos e ímpetus que en esa etapa se presentan.

Luchetti hace un buen trabajo en los momentos románticos y eróticos, pero más allá de eso, tiene problemas escapando de las convenciones del género y elevando la relación central con Amelia. El contexto histórico de fascismo es aludido en más de una ocasión, pero a diferencia de la magistral A Radiant Girl, ese aspecto queda en el olvido: no se nota una intención convincente de conectar el prometedor futuro de una joven en pleno proceso de autodescubrimiento con el gris futuro de su entorno.

Los aspectos técnicos ayudan a cubrir las debilidades narrativas de The Beautiful Summer, pues los paisajes veraniegos que simbolizan la inocente naturaleza de la juventud, los preciosos vestuarios de Maria Cristina La Parola, los detalles en cada cuarto y los encuadres tan íntimos de encuentros amorosos, crean en conjunto una experiencia sumamente agradable que te envuelve e invita a disfrutar de una historia universal sobre una etapa llena de metidas de pata y aprendizajes.

“The Beautiful Summer” tuvo su estreno mundial en el Festival de Locarno 2023.

Imagen de portada cortesía de THE PR FACTORY.