The Gullspång Miracle es una montaña rusa. La directora Maria Fredriksson nos trae una historia increíble con giros que no parecen pertenecer a un documental, sino a una ficción de detectives. Pero entre las sorpresas y la imprevisibilidad, el mayor acierto de la cineasta sueca es enfocarse en estudiar, con mucha sensibilidad, las relaciones familiares y el cómo el entorno en donde crecemos puede ser decisivo en nuestro desarrollo.
Esta historia comienza cuando dos hermanas, May y Kari, compran un departamento en el pueblo de Gullspång y se encuentran con la sorpresa de que la agente inmobiliaria, de nombre Olaug, es idéntica a Lita, su hermana que se suicidó hace 30 años. Tras algunas pruebas de ADN, las mujeres confirman que Olaug efectivamente era gemela de Lita.
Todo esto es apenas la punta del iceberg; de hecho, los primeros minutos prueban ser un tanto confusos por el vendaval de sorprendentes revelaciones que The Gullspång Miracle te arroja. Sin embargo, cuando se calman las aguas Fredriksson comienza a indagar en cómo este descubrimiento crea un cambio radical en la vida de Olaug y su nueva familia. Y es así que la película adquiere nuevas dimensiones: es una historia de detectives pero también un drama de reencuentro, identidad y pérdida que por momentos nos sorprende con comedia involuntaria provocada por lo diferente que resulta ser Olaug en relación con sus religiosas hermanas.
El balance tonal de Fredriksson es digno de aplausos, pues este es un relato melancólico y oscuro sobre una revelación que reabre las viejas heridas de una familia en duelo: la introducción de Olaug viene acompañada de toda una nueva investigación sobre la muerte de Lita y eso provoca una ola de complejas emociones en las hermanas, una de las cuales es rencor hacia la nueva integrante de la familia. Pero la directora maneja todo esto con mucho tacto para proveer una experiencia cautivadora sobre una mujer esforzándose por conectar con una familia casi alienígena a sus sensibilidades y que también se siente obligada a descubrir la verdad de su pasado y su gemela. Toques juguetones como la música de hadas al presentar el “milagro” en la primera parte del filme o dejar en la edición chuscos momentos de la preparación del rodaje, le dan mucha personalidad al documental y ayudan a mantener una vibra positiva, a veces hasta mágica en torno a la situación de esta familia.
Pero a veces esa magia es demasiado, pues hacia el final del filme nos encontramos con una revelación tan loca que parece ser ficción, pero en vez de dejar que el impacto de este giro sacuda orgánicamente a la audiencia, Fredriksson utiliza un montaje exagerado y una música caricaturesca de tensión, casi de telenovela, que le quitan seriedad al acontecimiento. Tal vez ese sea el punto: utilizar elementos formales hiperbólicos porque el giro es tan inverosímil que pareciera sacado de una telenovela. Sin embargo, personalmente me hizo sentir un tanto manipulado e incluso me hizo dudar de la veracidad de absolutamente todo lo que vi en los más de 100 minutos anteriores.
The Gullspång Miracle es un documental sobre las complejidades de la verdad. A través de un acontecimiento extraordinario, Frederiksson nos permite observar cómo una nueva verdad cambia radicalmente la vida de toda una familia y obliga a sus integrantes a reflexionar sobre su propia identidad. Si bien tiene toques cinematográficos pesados, es un trayecto fascinante con aires mágicos que te mantiene intentando adivinar cuál será el siguiente giro en la loca historia de esta familia.
“The Gullspång Miracle” tuvo su estreno mundial en el Festival de Tribeca 2023.
Foto de portada cortesía de Ballad Film.