En mayo del 2000, el prestigioso festival de Cannes se vio sacudido por Alejandro González Iñárritu y el fenómeno cinematográfico llamado “Amores perros”. La película se convirtió en parteaguas, marcó época e impulsó al cine mexicano y latinoamericano.
En el marco del Festival Internacional de Cine de Morelia 2020, ‘el Negro’ se reunió con su equipo de trabajo para celebrar el 20 aniversario de su ópera prima, así como su remasterización y reestreno en cines. Aunque el festejo se tuvo que hacer de manera virtual, la emoción fue abrumadora y la nostalgia estuvo a la orden del día.
“Esta película me cambió la vida. Hubo un antes y un después en mi vida, y en la de todos los que están aquí. De alguna manera nos impactó a nivel personal, profesional, espiritual e intelectual. Todos armamos un mosaico en este enorme collage de artes visuales. Quiero reconocer especialmente a Alejandro Soberón. Desde un inicio tuvo fe y financió este proyecto. Creyó, aportó su confianza y arriesgó. Me siento privilegiado de haber podido contar con el trabajo de todos para poder hacer esta primera película que nos mantiene unidos hoy y que me llena de orgullo”.
“Debo reconocer el valor de Daniela Michela y Alejandro Ramírez para llevar a cabo este festival y no claudicar en medio de estas circunstancias y sin apoyo del gobierno. Se necesita mucho valor, fuerza y fe en la cultura y en la juventud para poder tener siempre estos espacios en donde se incluyen las voces individuales, plurales, documentales e inclusivas”, dijo Iñárritu sobre FICM 2020, evento en donde se presentó la versión remezclada y restaurada de “Amores perros”.
“Quiero invitar a los jóvenes en México, a los que no la han visto, a los padres que quieran llevar a sus hijos a ver esta película como la vimos hace 20 años en el cine, con esa correción de color y ahora con una mezcla más poderosa sin haber afectado su origen”, dijo Iñárritu.

Pronto, la reunión se convirtió en una oleada de agradecimientos para Alejandro, así como anécdotas sobre la realización de la película. La productora Martha Sosa habló sobre su final.
“Aunque te aferras a lo que quieres, tú eres un director que sabe escuchar. A mí me conmovió que escucharas la voz de Elizeo Alberto, un amigo nuestro. Él estuvo muy cerca de tu proceso creativo y juntos hablaban mucho. Recuerdo que estábamos discutiendo el corte final de la película. El guión decía claramente ‘Exterior. Casa de Chivo – Tarde o noche. Pum. Se escuchan dos balazos’, pero así no termina ‘Amores perros’. Termina con un horizonte negro y un último diálogo que dice ‘Ya cállate pinche Negro’”, dijo Sosa. “Y recuerdo que Elizeo Alberto te dijo: ‘Negro, tienes que acabar con ese final porque tienes que acabar con el protagonista de la película y el protagonista es el perro’. Me emociona mucho haber estado cerca de ese proceso y de tantos cómplices que fueron tan generosos con nosotros”.
Vanessa Bauche, quien interpretó a Susana, habló sobre el legado personal que le dejó “Amores perros”.
“Marcó un antes y un después para los que tuvimos la bendición de estar en este proyecto que se gestó con amor y una necesidad de alcanzar la excelencia. Agradezco tu obsesivo y neurótico perfeccionismo porque es algo que he añorado toda mi vida. Ese rigor y la disciplina con la que Guillermo y tú se abocaron a darle vida a los más mínimos detalles, que acompañados por esta excelencia detrás de cámaras, finalmente gestaron un proyecto vivo”, dijo Bauche. “Esas palabras que nos compartiste en el rito inicial son inolvidables, fueron momentos que no solo dejan huella profunda, sino que además te exhortan a buscar la excelencia siempre y dar lo mejor de ti”.
A pesar de estar en medio de una filmación, Gael García Bernal encontró el tiempo para conectarse a la charla virtual y hablar sobre el impacto de la película.
“En ese momento nuestra voz no era tan escuchada. El concepto de libertad de expresión era algo difícil, no había lugares donde se pudiera lograr de una manera extensa”, dijo. “De repente salió esta película con potencia y el mundo entero llegó a saber un rinconcito de nuestra realidad. Eso fue alucinante. Estoy muy orgulloso de haber sido parte de esta película y agradecido con todos ustedes. Es una película que ha trascendido el tiempo”.

Además de agradecimientos, la reunión contó con muchas anécdotas de realizadores y elenco, destacando la de Gustavo Sánchez Parra, quien habló sobre una escena específica involucrando a su personaje, ‘Jarocho’.
“Después de toda la preparación y entrega que puse en el personaje, me sentía dentro de este mundo. Pero el primer día se me cayó todo. Me estaban poniendo los tatuajes cuando quisiste hacer un bloqueo de la escena. Me explicaste que debía derrapar la camioneta, bajar e increpar a Gael. Yo te jalé del rebozo y te dije: ‘Alejandro, no sé conducir’. Todos voltearon a verme. Carlos Hidalgo comenzó a gritar. Yo me sentí mal”, dijo Sánchez Parra. “Y es que en el guión no dice que mi personaje viene conduciendo, solo dice que se baja de una camioneta. Yo solo había hecho teatro y nunca había leído un guión de cine”.
“Teníamos el cuadro abierto de toda la casa y tuvimos que poner un lente cerrado para que solo apareciera la trompa de la camioneta, porque todo el crew estaba atrás empujando el coche. Tu nada más te bajabas encuerado con tus tatuajes”, agregó Iñárritu.
“Entre los gritos, me cegué. Alejandro le indicó a Carlos que se calmara y me dijo: ‘ve a ponerte el maquillaje. Lo vamos a arreglar’. Llegué y lo arreglaron. Sin embargo, todos empezaron a hacerme bullying por ese evento; me sentía mal, me empecé a contener y siento que eso lo utilicé para hacer la escena de la mejor manera”, dijo Parra. “Llegando a mi casa, me puse a llorar y dije ‘no sirvo para esto’. Pero amaneció y seguí adelante. Fue un gran empujón, un gran inicio que me hizo retomar la seguridad de una manera increíble. Fue una gran experiencia”.
El empresario Alejandro Soberón compartió el momento en el que supo que Iñárritu iba a ser una leyenda del cine mundial.
“En la semana de los Oscars nos invitaron a una fiesta en Los Ángeles. El primero que nos recibe es Warren Beaty. Y mientras platicamos, me pregunta: ¿Quién ese ese director del que escribe la revista de New York Times?’. Le digo: ‘Es él, Alejandro’. En ese momento, Warren Beaty se inclinó y se puso de rodillas. Inmediatamente pensé que México ya había perdido a Alejandro y que el mundo se lo iba a robar. Supe que ibas a hacer una carrera increíble. ¿Qué se puede decir 20 años después?”, dijo Soberón. “Se siente un muy profundo orgullo y una satisfacción gigante de haber contribuido a hacer la película. ¿Cómo no íbamos apostar por ti con la pasión que tenías?. Es una historia de mucho cariño, pasión y talento, pero 20 años después tiene más sentido que nunca”.
El compositor argentino Gustavo Santaolalla también estuvo presente para hablar de cómo se involucró en el proyecto.
“Fue una película que tuvo un impacto a nivel mundial. A mí me cambió la vida. Cuando se me acercaron para hacer la música, yo estaba lleno de cosas y hubo un momento en el que estaba tan colmado de trabajo y proyectos que le dije a mi asistente que rechazara mi colaboración en la película. Sin embargo, a la mitad de esa misma noche pensé: ‘¿Y si es un genio? ¿Cómo voy a decir que no a algo que no he visto o leído?’”, dijo Santaolalla. “Al día siguiente pregunté si había una forma de ver la película. Alejandro vino con Lynn a Los Ángeles y puso la película en VHS. Yo estaba con mi socio de toda la vida, vimos los primeros 5 minutos de la vida y dijimos: ‘vamos a hacer esto sí o sí’. Me cambió la vida, me siento tan agradecido de haber sido parte de este maravilloso proyecto. Aprendí tanto con vos y me sirvió para otros trabajos que hice en el cine. Ser amigo de Alejandro es algo que guardo como un tesoro y aprendo constantemente de ti. Gracias”.
La versión restaurada de “Amores perros” fue presentada en la inauguración del Festival Internacional de Cine de Morelia 2020 y se reestrenará en cines de México a partir del 5 de noviembre.