Jonas Carpignano es un joven cineasta que ha ganado renombre internacional, sus largometrajes “Mediterranea” y “A Ciambra” han sido reconocidos en diversos festivales y premiaciones en Cannes, National Board of Review, Independent Spirit Awards, AFI Fest y en los Gotham. Ambas películas forman parte de la Trilogía Calabresa, enfocada en contar historias dentro de la región de Calabria, Italia, y que presentan a personajes en situaciones hostiles, comúnmente relacionadas con la mafia ‘Ndrangheta, la cual es originaria del mismo lugar. “A Chiara” es la última adición a la trilogía y nos habla de una adolescente con una familia amorosa que, después de la desaparición de su padre, es empujada a investigar y cuestionar la información que tenga sobre él.
El conocimiento es la clave de la cinta pues Chiara lo descubre poco a poco mientras se sumerge en la verdad familiar y la relación que tiene con el pueblo calabrés. El espectador sigue a la protagonista como si fuera una mosca, sabemos lo que ella sabe y la acompañamos a donde quiera: el director de fotografía Tim Curtin (“Skate Kitchen”) nos pone en esa situación al hacer que la cámara siga por detrás a Chiara, además las largas ausencias de cortes aumentan la tensión y el peligro acechante. Las reglas se hicieron para romper es una frase adecuada para la protagonista: es rebelde, independiente y audaz, y si bien depende mucho del guion, Swamy Rotolo brilla con su corporalidad emotiva y su actuación naturalista.
Por el lado de la familia, el curioso hecho de que el elenco esté conformado por los padres, hermanas y tíos de Rotolo, hace que las interacciones entre ellos sean completamente realistas. Podemos ver lo anterior en la primera parte de la cinta, durante la fiesta de Giulia, hermana mayor de Chiara: la dinámica familiar es genuina, conocemos los roces y las coincidencias que tienen entre ellos pero principalmente, identificamos un cariño auténtico. Carpignano hace que esta imagen, muy similar a la boda vista en “The Godfather”, perdure en toda la escena; la larga duración es necesaria para demostrar la fortaleza familiar.
Después de la boda, inicia el viaje de Chiara para descubrir la verdadera identidad de su padre, pero no es la única travesía por la que atraviesa. Ella también hace el mismo proceso para conocerse mejor: cada que algún familiar le niega información sobre él, es un motivo para indagar de manera problemática e incluso violenta. Los truenos, escuchados en diversos puntos de la película, son un leitmotif que proviene de ruidos metálicos o los mismos rayos del cielo nocturno. Chiara posee esta descarga eléctrica de manera figurativa, pues ella se comprende mejor a la par de conocer a su familia, y los truenos representan los golpes de realidad que ella experimenta cuando intenta armar el rompecabezas, uno que probablemente no le gustará.
“A Chiara” es un coming-of-age inolvidable que remarca la crudeza de desconocer tu alrededor, en donde la realidad es subjetiva y puesta en juego según los intereses de las personas situadas por encima de ti. Carpignano utiliza el punto de vista de Chiara para sorprendernos a la par de ella, y con ello aumenta la sensación realista, una en la que todo un director quiere dar al clavo para conseguir un alto grado de inmersión. Remarca también la identidad de una zona italiana y el impacto que ha tenido por la participación de la mafia, siendo la tesis que ha presentado Carpignano en “Mediterranea” y “A Ciambra” y que llega a su fin con un relato familiar que cuestiona a la verdad que aparentamos hacia los demás.
“A Chiara” tuvo su estreno mundial en la Quincena de Realizadores de Cannes 2021 y ganó el premio Europa Labels por Mejor Película Europea. Ya está disponible en MUBI Latinoamérica.
Imagen de portada cortesía de MUBI.