El espíritu idealista de la adolescencia vive en cada cuadro de “¡Ánimo juventud!”, coming-of-age cómico dirigido por Carlos Armella que forma parte de la competencia oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia 2020.
“¡Ánimo juventud!” presenta la historia de cuatro adolescentes con personalidades muy distintas, pero todos viviendo en Ciudad de México, un lugar en donde lo absurdo es realidad.
Martín (Rodrigo Cortés) es un graffitero enamorado que es sorprendido por pintar una pared con un mensaje de amor. La chica ni siquiera sabe que existe y cuando es cuestionado del por qué no se le declara, responde “Porque soy pobre y con cara de indio”. Alguien está a punto de cambiar su punto de vista.
Daniel (Mario Palmerín) es un taxista que trabaja duro para proveer de dinero a su novia de 16 años embarazada. Es bastante torpe y altanero, pero tiene un gran corazón, y eso lo termina metiendo en problemas con asaltantes y la policía.
Dulce (Daniela Arce) no sabe cómo expresar sus sentimientos, tiene una fuerte necesidad de ser amada, se masturba viendo telenovelas y esconde su linda personalidad bajo una máscara de bravucona.
Pedro (Iñaki Godoy) es toda una incógnita. Para no entrar en el juego de los adultos, ha creado su propio lenguaje y se rehúsa a hablar español, lo cual le trae problemas en la escuela y con sus padres, quienes en vez de entenderlo intentan medicarlo. Afortunadamente, cuenta con el amor y apoyo de sus hermanas.

Armella maneja distintos tiempos para mostrar en desorden estas cuatro historias que se conectan a través de algún personaje, escenario o evento. Es una edición astuta que ayuda a crear intriga y mantener el ritmo. En el transcurso de estas vidas nos encontramos con policías corruptos, un pulgar mutilado, un director malhumorado, una adorable conserje, entre otras peripecias y personalidades que mantienen la frescura en la trama. La buena vibra está siempre presente, además de humor y detalles que tal vez reconozcas de tu adolescencia.
Los personajes no solo están madurando, sino también preservando su juventud con rebeldía. En este aspecto, las motivaciones de Pedro resultan ser fascinantes. Utiliza una barrera lingüística que no es tan difícil de comprender, pero los adultos ni siquiera hacen el intento por hacerlo; están metidos en su mundo y su desconexión con la adolescencia no podría estar más marcada.
En todas las historias tenemos emociones desbordantes, una marcada búsqueda de identidad y la necesidad de obtener reconocimiento. Armella demuestra que comprende a la adolescencia con auténticos diálogos y un guión que destaca la angustia generada por las hormonas, la falta de pertenencia y el ambiente opresivo que pueden generar los adultos. En ningún momento se cae en el melodrama y a pesar de las adversidades, la historia siempre encuentra la manera de generar alegría. Además, las cuatro actuaciones protagónicas son excelentes y naturales; su trabajo es coherente con el guión.
“¡Ánimo juventud!” es una jovial celebración de la adolescencia que utiliza autenticidad y comedia para hablar sobre los obstáculos a los que se enfrentan los jóvenes en una sociedad que se rehúsa a escucharlos. Un filme apasionado y divertido que reconoce a los soñadores y encumbra el espíritu rebelde.
“¡Ánimo juventud!” forma parte de la competencia de Largometraje Mexicano de FICM 2020, en donde está siendo proyectada de manera presencial y digital.