Estrenada en la sección Discovery de TIFF 2021, “Dug Dug” es una sátira religiosa divertida, pero repetitiva en donde el director Ritwik Pareek plasma la manera en cómo los humanos llevan a extremos absurdos sus creencias.
Un alcohólico llamado Thakur pierde su vida en un accidente de carretera y su motocicleta es transportada a la estación de policía local. Sin embargo, todas las mañanas la motocicleta reaparece en el lugar del accidente sin importar cuántos candados le pongan. Pronto, rumores de que el espíritu de Thakur habita en la motocicleta comienzan a esparcirse como fuego. Bajo el consejo de un sacerdote local, los locales comienzan a rezarle a la motocicleta, llevando alcohol (pasatiempo favorito de Thakur) como oferta. Y así, nace una nueva divinidad.
Combinando una estética vibrante en donde abundan los colores brillantes, un excelente score musical con tintes electrónicos y de jazz, y una edición juguetona que recuerda a Edgar Wright, Ritwik Pareek crea una película entretenida y atractiva al ojo que exhibe el surgimiento de una nueva religión a partir de un concepto ridículo, así como el proceso de comercialización de ritos religiosos y lo fácil que es engañar al pueblo.
De estar en el pavimento a tener su propio templo, y pasando por negocios e instituciones adoptando el nombre sacro de Thakur Sa, la evolución en la popularidad de esta peculiar divinidad es exhibida a través de dinámicos montajes que en un principio proporcionan risas y un sólida fuente de entretenimiento. Sin embargo, la aproximación de Pareek es demasiado tosca y rápidamente, la narrativa se vuelve repetitiva.
El director no confía en su audiencia y procede a reforzar los mismos puntos una y otra vez, utilizando las mismas tácticas. No te muestra un mural de alabanza a la motocicleta, te muestra cuatro. No te muestra un montaje, te muestra tres. Por cada escena graciosa, encontramos tres más que la imitan. El simbolismo de un hombre inflando un globo para representar el paulatino crecimiento de la nueva divinidad es utilizado ad nauseam. Aunque Pareek intenta ejemplificar cómo la fe es hiperbolizada a niveles absurdos, se le pasa la mano.
Eventualmente, “Dug Dug” se torna cansada y redundante. Tras establecer la sátira, se estanca sin saber qué nueva dirección tomar. Los chispazos estéticos intentan obtener tu atención de nuevo, pero ya no hay mucho más por contar. Es una experiencia agradable al ojo de entretenimiento fluctuante con más frustración que risas.
“Dug Dug” forma parte de la programación del Festival Internacional de Cine de Toronto 2021.