Dos de los géneros cinematográficos por los que más apuesta Netflix son la comedia y la acción, pero regularmente le gusta fusionarlos y entregar productos como “El último mercenario”, y aunque tiene como protagonista a Jean-Claude Van Damme, el filme apenas consigue entretener y divertir.
Richard (Van Damme) es un exagente secreto del gobierno francés que vuelve a tener contacto con su hijo (Sammir Decazza), después de muchos años, cuando éste último es acusado de traficar drogas. Entonces, inicia una batalla campal contra el jefe de la mafia para probar la inocencia de su hijo.
Por supuesto que lo más atractivo de esta cinta dirigida por David Charhon es la aparición del actor belga de 60 años y sobretodo porque en esta ocasión vuelve a explotar su lado cómico (luego de “Bienvenido a la jungla” de 2013). Van Damme ha expresado en algunas ocasiones, sobre todo en su sátira y metaficción titulada J.C.V.D. de 2008, lo irónico que le parece ser un héroe de acción y su nulo temor a diversificar su carrera hacia la comedia burda, y por eso, en esta cinta no le da miedo burlarse de sí mismo ni caer en la incongruencia total.
Al protagonista no sólo lo acompañan sus coreografías de acción y su rostro maltratado, sino también vestuarios coloridos y pelucas femeninas, las cuales le ayudan a completar el espectro de absurdez que esta película tiene como objetivo presentar, desde la caricaturización de situaciones y de todos sus personajes hasta sus convenientes resoluciones.
La película ofrece dos cosas: acción y comedia, y hace su mejor esfuerzo por conseguir escenas de lucha ingeniosas y atractivas, sin embargo, la construcción de la comicidad carece de inteligencia y posee torpeza en demasía. Al final, lo ofrecido funciona para que quien consuma cada minuto del metraje se la pase bien, pero seguramente después olvide todo lo sucedido.
“El último mercenario” es una cinta de fórmula cómica y narrativa, y que si no fuera por la eterna figura de Jean-Claude Van Damme, sería aún más olvidable dentro del catálogo de Netflix. A largo plazo, el lanzar este tipo de películas (olvidables y de relleno), ¿qué consecuencias le traerá al “gigante” del streaming? Lo averiguaremos.
“El último mercenario” está disponible en Netflix.