“En las rocas” (On The Rocks) es una película simple que cautiva a través de las actuaciones de Bill Murray y Rashida Jones, pero al mismo tiempo repele por el desbordante privilegio de sus personajes y el trato de una de sus relaciones centrales.
Laura (Rashida Jones) tiene dos hijas y está casada, pero su esposo Dean (Marlo Wayans) parece distante, pasa mucho tiempo en el trabajo y se lleva demasiado bien con su asistente Fiona (Jessica Henwick). Laura comparte estas sospechas con su padre Felix (Bill Murray), quien inmediatamente comienza a crear un plan para investigar a fondo la situación, aún cuando su hija se siente incómoda al respecto.
“En las rocas” abre con Felix diciendo “Eres mía, hasta que te cases. Y luego, todavía eres mía”, un temprano indicador que la directora Sofia Coppola nos regala para comprender la extraña relación padre-hija de su historia. Felix ama a su hija, la apoya, disfruta pasar tiempo con ella, pero la comunicación emocional parece distante y su apego paternal es encajoso. Esto se hace evidente cuando Felix comienza a manipular a Laura para juntos actuar como espías y seguir a Dean por Nueva York con el objetivo de cerciorarse de su fidelidad.

Felix es un Don Juan. Encantador, carismático y coquetea con cualquier mujer que le parezca atractiva. También es un fastidioso parlanchín que constantemente se pone a filosofar sobre la monogamia. Cuando un policía lo detiene por conducir rápido, Felix rápidamente se hace amigo de él y terminan hablando de la familia. El hombre parece conocer a todo mundo y me atrevo a pensar que el personaje es una reflexión de los sentimientos de Coppola creciendo con un padre famoso y muy requerido.
Pasar tiempo con Murray y Jones es un placer. Jones carga con el peso emocional de dos relaciones, pero es Murray quien llena de energía a la historia sin sobrepasar límites. Coppola te convierte en invitado de lujo a sus múltiples reuniones que involucran tragos, humor seco, confusión y trabajo amateur de espionaje. El tiempo se pasa como agua escuchando las conversaciones entre estos dos y averiguando cómo funciona su relación.
Sin embargo, es difícil sentir atracción hacia personas adineradas que viven en su propia burbuja. Laura es una escritora bloqueada. Aparentemente tener una familia rica, un esposo rico y un enorme apartamento en Nueva York es demasiado sufrimiento para ella. Hay un momento en el que literalmente ella y su padre se ponen a comer bocadillos de caviar en un auto descapotable a la mitad de la noche, como si fueran galletas Ritz. ¿Exactamente qué le provoca el bloqueo? ¿Por qué debería sentir simpatía ante su situación tan hipócrita?

A pesar de lo fascinante que son las interacciones entre Laura y su padre, todo lo contrario ocurre con la defectuosa relación entre ella y Dean. El hombre se la pasa en el trabajo, no le hace mucho caso y francamente actúa de manera muy grosera. Coppola termina manejando esto con poco tacto, fingiendo que las relaciones amorosas se curan con conversaciones banales y disculpas fáciles. El tercer acto hace a un lado los problemas evidentes e ignora ideas de poligamia plantadas a lo largo del filme.
“En las rocas” es la historia de un padre egoísta que quiere demasiado a su hija y de una hija desesperada que ha perdido el control de su vida, a pesar de lo magnífica que es. También es la historia de una malograda relación de esposos que parece solo existir como pretexto para tener a Bill Murray y Rashida Jones robando pantalla, ejecutando comedia seca y pasándola bien. Con todos sus problemas, Coppola forja una película placentera y elegante que busca plasmar las dificultades de la comunicación familiar, así como el rigor de la rutina y el flujo de adrenalina que produce salirnos de ella. Y una estrellita para el score musical de Phoenix que agrega el toque justo de ajetreo neoyorquino.
“En las rocas” ya se encuentra disponible en Apple TV Plus.