En su película “Hijo de monarcas” (Son of Monarchs), el director francovenezolano Alexis Gambis incorpora ciencia, tradición, ambientalismo y migración. Su personaje protagónico parece imitar a los animales que estudia: la mariposa monarca. Es un migrante en constante estado de metamorfosis.

Mendel (Tenoch Huerta) es un biólogo originario de Anganguea (Michoacán) que vive y trabaja en Nueva York intentando comprender la genética de la mariposa monarca, pero una ocurrencia familiar lo obliga a regresar a su pueblo natal y enfrentar traumas del pasado.

Y así como Mendel examina los detalles en la estructura genética de la mariposa, el director Gambis nos permite examinar los detalles en la personalidad de Mendel y el origen de sus traumas. Su lente es un microscopio al alma del protagonista. Lo acompañamos en su vida cotidiana en Nueva York, en su lucha por conectar y pertenecer; en su proceso evolutivo alejado de casa. Asimismo, la película utiliza abundantes flashbacks para adentrarnos en el pasado de Mendel y comprender las relaciones con su familia, particularmente con su hermano Simón (Noé Hernández). Hay un forcejeo entre el pasado y el presente que sumerge a Mendel en una crisis de identidad. Tenoch Huerta (“Días de gracia”) entrega una interpretación fuerte y auténtica de un hombre en duelo intentando pertenecer a un mundo ajeno.

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“Hijo de monarcas” | Cortesía de Sundance Institute

A lo largo del camino, el guión concientiza sobre los problemas ambientales y la tala indiscriminada; amenazas graves a la mariposa monarca y a la biodiversidad. Las ideas son toscas y directas, incluso poco imaginativas e imprecisas, pero el esfuerzo de hablar sobre temáticas tan vitales para nuestra supervivencia se agradece. Es bonito ver películas latinoamericanas abordando esta situación tan urgente.

El director Gambis es doctor en biología y esa pasión está presente en la película. Su narrativa entremezcla ficción con datos científicos creando una experiencia sensorial. Es una manera singular de unir al proceso emocional del protagonista con los ciclos de la naturaleza.

En su segunda mitad la película se tambalea. Las ideas espirituales no son exploradas en su totalidad y la cantidad de incógnitas rebasan al personaje de Mendel, mismo con el cual es difícil conectar. No obstante, aquellxs con experiencias migratorias o que, por vivir lejos de casa, sientan la necesidad de conectar con sus raíces, van a encontrar aquí un viaje emotivo de evolución y pertenencia. 

“Hijo de monarcas” es una ingeniosa mezcla de espiritualidad, drama, ciencia y migración con metáforas obvias pero efectivas y una gran actuación central de Huerta.

“Hijo de monarcas” forma parte de la sección NEXT del Festival Sundance 2021 y fue reconocida con el premio Alfred P. Sloan dedicado a “trabajos puros y audaces, distinguidos por un acercamiento innovador e iluminado a la narrativa”.