El activismo de Greta Thunberg comenzó con un cartel de “huelga escolar por el clima” afuera del parlamento sueco. El documentalista Nathan Grossman ya se encontraba a su lado durante esos primeros días y continuaría con ella a lo largo de un año para crear “I Am Greta”, un retrato de la joven que ha movilizado al planeta en pro de proteger al medio ambiente.

El documental sigue a Thunberg desde su huelga solitaria hasta su viaje en bote de cero emisiones para llegar a Nueva York y atender a la Cumbre sobre Acción Climática de la ONU en 2019. A lo largo del trayecto conocemos algunas de sus motivaciones, sus miedos, las complejidades de vivir con Síndrome de Asperger, entre otras cosas.

La fuerza de “I Am Greta” proviene de los discursos de Thunberg. Aunque ya los hemos visto en la televisión, Grossman nos da una especie de ‘detrás de cámaras’ con particular atención a las caras de políticos sorprendidos ante la ferocidad de la joven, quien les hace confrontar sus actitudes cobardes y falta de acción. Es bonito ver cómo se arden al ver que una adolescente de 16 años les dice sus verdades.

Pero más allá de eso, Grossman no hace mucho por crear un retrato auténtico de Thunberg. Sí, la está grabando pero en realidad no tiene acceso a ella. El documental se siente cuidadosamente controlado. Por lo mismo, Grossman mantiene su distancia y rara vez indaga más allá de los superficial. Los raros momentos de humanidad los encontramos cuando Greta baja la guardia y se ríe de los trolls cibernéticos o desahoga sus frustraciones después de una junta o conferencia. Ella sabe que todos estos políticos son unos habladores cuya única motivación es y seguirá siendo el dinero. 

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Si has seguido, aunque sea a través de tweets, el trayecto de Thunberg en el último año, no vas a aprender más con este documental. Y me temo que sus detractores tampoco van a cambiar de opinión, pues son mínimos los momentos de empatía y más de una escena se siente orquestada. La presencia del papá te deja más preguntas que respuestas. Solo está ahí para controlar a la niña, decir que la quiere y llevarla a todos lados. ¿Por qué está ahí? ¿Cómo es que tiene el tiempo de hacer todo esto? Cuando Greta está desconsolada en un bote en medio del Atlántico, el padre no aparece en ningún lado.

El punto más decepcionante de “I Am Greta” es lo poco que hace por hablar sobre la meta de Thunberg. Sí, el documental busca mostrarnos la humanidad de Greta Thunberg, pero al no explicar los peligros del calentamiento global o los desafíos a los que nos enfrentamos para combatirlo, la película nunca logra transmitir el sentido de urgencia que su protagonista tiene. 

Aunque algunos momentos son inspiradores y Grossman hace un buen trabajo mostrando el impacto de Thunberg a través de una oleada de campañas estudiantiles y de ‘Viernes por el Futuro’, “I Am Greta” no deja de ser un vehículo defectuoso que no logra transmitir satisfactoriamente su urgente mensaje.

“I Am Greta” es una selección oficial de TIFF 2020 y tendrá su estreno en Hulu el 13 de noviembre de 2020.