Con “Get Out” y “Us”, Jordan Peele usó el género de terror para traernos películas que denunciaban el racismo en Estados Unidos y a la vez eran entretenidas. “La casa Belleville” (Master), de la directora Mariama Diallo, sigue esta línea y, aunque no termina por aterrizar del todo bien, nos trae ideas interesantes y una atmósfera atrapante.
Jasmine (Zoe Renee), una chica afrodescendiente, es la nueva estudiante en Ancaster, una universidad de prestigio cuyos estudiantes son en su mayoría blancos. Gail (Regina Hall) es la nueva celadora, la primera afroamericana en ocupar este puesto. Poco a poco, la aparente maldición de una vieja leyenda parece acosar a Jasmine, pero los verdaderos peligros pueden en realidad no ser tan sobrenaturales.
Además del racismo, “La casa Belleville” explora cómo el conformismo con el sistema perpetúa este tipo de actitudes, cómo el aliarse con las instituciones a veces lleva a miembros de la propia comunidad a ignorar a quienes necesitan ayuda, y cómo se trata de un problema cuyas raíces tienen origen en lo más profundo de la historia estadounidense. Estas ideas se exploran con una ambientación tétrica y tensa: la dirección de Mariama Diallo es efectiva y es casi suficiente para compensar las carencias de la película.
Estas últimas se encuentran en el guion: parecería que muchas veces la película no sabé por dónde irse, quién es su protagonista o incluso de qué género se trata. Sí, los elementos de terror están allí, pero el cierre y la gran revelación son completamente ajenos a ello; da la impresión de que el terror es más una excusa para darle estilo a la película y atraer más audiencia en lugar de contribuir a la historia. Cuando todo termina, uno no puede evitar pensar que esta película pudo haber funcionado muy bien como un drama: la revelación es brillante y no requiere de sustos o monstruos, la mayoría de abusos sufridos por Jasmine no están relacionados con lo sobrenatural y la tensión es palpable aún sin nada fantasmagórico.
Se entiende que parte de la idea es dar a entender cómo no se necesitan fantasmas para aterrorizar a una mujer de color: la sociedad y el sistema ya se encarga de ello, es un monstruo onmipresente que vive de manera consciente e inconsciente en el corazón de la sociedad blanca estadounidense; sin embargo, por cómo está construido el relato, todo el elemento de terror termina por distraer más que aportar.
Regina Hall y Zoe Renee son increíbles en sus papeles y nos hacen interesarnos por sus personajes, pero uno nunca está seguro hacia dónde apunta la historia de la primera. El viaje de Jasmine es poderoso por sí mismo, tanto que el de Gail parece incompleto, y muchas preguntas sobre lo ocurrido se quedan sin responder. Esto resulta evidente cuando, al momento del cierre, Gail da un gran monólogo expositivo cuya intención parece ser dejar en claro el discurso más que provocar una catarsis emocional.
Pese a todo, “La casa Belleville” es una película recomendable. Al igual que la reciente entrega de “Candyman”, no es para nada perfecta, pero siempre se agradece la exploración de temas sociales importantes a través de un género como el terror. Mariama Diallo es una directora cuya capacidad para crear atmósferas oscuras y generar emociones fuertes es evidente, seguramente muy pronto nos entregará una historia a la altura de sus habilidades.
“La casa Belleville” o “Master” ya se encuentra disponible en Prime Video.