En inglés “La Duquesa” lleva el nombre de “How to Build a Girl” porque es una película que toma a un joven insegura y se pregunta, ¿qué elementos deben construir su identidad? ¿Qué pasa cuando las influencias negativas alteran radicalmente la esencia de una persona? Es un filme dirigido por Coky Giedroyc y adaptado por la periodista y escritora Caitlin Moran de su propia novela autobiográfica, coming-of-age y bestseller.

Johanna Morrigan (Beanie Feldstein) es una adolescente poco popular que quiere ser escritora. Tiene cuatro hermanos, un padre que se cree rockero y vive en una modesta casa en Wolverhampton (Inglaterra). Su cuarto está tapizado por sus influencias: Jo March, Karl Marx y Elizabeth Taylor, por mencionar algunos. 

En medio de una crisis y tras haber puesto en riesgo la situación económica de su familia, Johanna recibe la oportunidad de escribir para una revista de rock. Estamos en los 90’s y el género tiene amplia visibilidad. Y así, Johanna es cautivada por el mundo de la música. Sus artículos tienen éxito y hasta recibe la oportunidad de entrevistar a John Kite (un tierno y carismático Alfie Allen), una de las estrellas emergentes del momento. Estas escenas están llenas de inocencia y dulzura. Aquí ves la primera transformación de esta mujer: la chica tímida descubre una nueva cultura musical y con ella, intenta forjar su identidad.

Pero llega un punto en el que sus reseñas llenas de amor por la música ya no son suficientes para los hombres que manejan la revista. Johanna descubre que la negatividad es más popular y así, deja atrás sus valores e influencias feministas para convertirse en lo que ella llama ‘una perra’.

De repente, en ese camino por encontrar su identidad, Johanna es consumida por la popularidad. Es una chica de 16 años que escribe en una revista de rock importante, puede experimentar con su sexualidad y mantiene a su familia con el dinero que gana. La transformación es agresiva y Johanna es implacable con sus palabras. 

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Aunque “La Duquesa” comienza tambaleante y como un típico coming-of-age de la chica nerdy que busca a toda costa cumplir su sueño, el subsecuente desarrollo de su personaje es cautivador y aún cuando la protagonista enfrenta obstáculos serios, el guión procura agregar un poco de humor a la mezcla.

Es fascinante la idea del escritor rockstar. Los ejemplos en la vida real abundan, pues como medio de comunicación, es fácil dejarse llevar por el ego. Como Johanna en esta película, muchos críticos o críticas (del medio que quieras) buscan la complacencia propia antes que la del sujeto sobre quien se escribe; para muchxs, la dosis de fama que un flojo tweet pueda producir es más importante que darle voz al arte y una plataforma al artista para darse a conocer. Aunado esto tenemos que, sin importar el medio, género o época, la negatividad es imperante en la crítica porque es más fácil de vender. Un artículo que despedaza a algo o alguien normalmente obtiene más clicks, aun cuando su redacción sea pobre y sus argumentos erróneos. “La Duquesa” navega por estas aguas con mucha honestidad para recalcar los peligros de la falsa fama y lo terrible que es quedarse con puro ego y perder los objetivos de vista.

Beanie Feldstein ya nos mostró su carisma y contagiosa energía en “Booksmart” y “Lady Bird”, pero aquí comprueba que tiene talento (y de sobra) para cargar una película. El personaje de Johanna atraviesa por toda una transformación y Feldstein captura todos sus rasgos sin perder detalle: es cautivadora, torpe, fuerte, atrevida, irritante, romántica y más. Es una actuación sobresaliente y otro indicativo de que esta mujer es un tesoro. Su trabajo eleva al filme como una entretenida e inspiradora herramienta de construcción de identidad y un relato precautorio sobre los estados del ego cuando no se cuenta con la madurez necesaria para controlarlo.

“La Duquesa” (How to Build a Girl) ya se encuentra disponible en renta o compra a través de iTunes, YouTube, Google Play y Prime Video.