El cine nos abre las puertas a otros mundos, a otros estilos de vida: no toda película “internacional” (que usualmente significa no-estadounidense) tiene que ser un drama denso de festival; el cine, sin importar su país de origen, puede ser de terror, comedia, acción. “La infeliz” de la directora Daria Bukvic nos recuerda esto con una comedia romántica que, si bien dista de ser perfecta, trae un aire fresco a un género dominado por las fórmulas.
Leyla (Maryam Hassouni) es una mujer que vive en una tradicional y muy unida familia marroquí en los Países Bajos. Tras una ruptura, se lanza de nuevo al mundo de las citas, lo cual le trae muchas más complicaciones de las esperadas y la obliga a encontrarse a sí misma.
El aspecto más interesante de esta película es lo refrescante que se siente al tener un contexto tan particular sin caer en los clichés. La directora, que es hija de un matrimonio entre una madre musulmana bosnia y un padre católico croata, muestra mucho respeto por la cultura que retrata sin caer por ello en la solemnidad. En muchas formas este trabajo se asemeja a “My Big Fat Greek Wedding” y “Bride and Prejudice”, comedias con clichés pero cuyas risas no salen de la burla a la otredad de culturas distintas, sino del choque cultural entre las tradiciones y el mundo moderno.
No todos los chistes cumplen su cometido, lo cierto es que la primera mitad del largometraje es un poco burdo y puede llegar a chocar, sobre todo el personaje de la hermana de Leyla, interpretada por Soundos El Ahmadi, quien cumple la función de ser la persona extrovertida y a ratos grosera que saca a la protagonista de su zona de confort. Sin embargo, en cuanto nuestra heroína salta al mundo de las citas y conoce a sus dos intereses amorosos (Nasrdin Dchar y Vincent Banic, ambos encantadores) la historia emprende el vuelo y nos mantiene intrigados lo que resta del tiempo.
Si bien la película no propone nada nuevo en el apartado técnico, sí se distingue de la apariencia genérica y televisiva a la cual recurren muchas de estas producciones (basta ver la mayoría de comedias románticas italianas, mexicanas o de adolescentes de Netflix para saber de qué estilo estamos hablando).
Esto no significa que una película solo por tratarse de otra cultura debería ser aplaudida: eso sería condescendiente. Pero cuando un trabajo está hecho con cariño y a través de una visión pocas veces representada en el cine convencional para audiencias casuales, vale la pena echarle un ojo y disfrutar de esa ventana a algo nuevo. No, “La infeliz” no es la mejor película del año ni una comedia romántica revolucionaria, pero es una pieza sencilla, tierna y diferente, y eso es más que suficiente.
“La infeliz” ya se encuentra disponible en Netflix.