Durante su régimen totalitario en Rumania, Nicolae Ceausescu libró una batalla contra Radio Free Europe, transmisora estadounidense dedicada a contrarrestar la influencia comunista en países del Bloque del Este y Asia Central. Y tal vez la transmisión más popular de RFE entre jóvenes rumanos durante los años setenta era “Metronom”, programa en donde el presentador exiliado Cornel Chiriac hablaba sobre música, política y opresión.
En su largometraje de ficción debut, Alexandru Belc nos lleva a la Rumania de 1972 para explorar cómo era la vida adolescente bajo el gobierno de Ceausescu y la influencia de Radio Free Europe en ella. Puntualmente, seguimos a Ana (Mara Bugarin), una joven con el corazón pendiendo de un hilo debido a que su amado Sorin (Șerban Lazarovici) está por abandonar el país. Una noche, Ana se reúne con sus amigos para una noche de fiesta, pero principalmente con la intención de volver a ver a Sorín y averiguar si éste realmente la ama. Pero la Securitate — la policía secreta de Ceausescu — interrumpe la fiesta.
“Metronom” es un coming-of-age romántico, una historia de amor que se desenvuelve en medio de un ambiente de miedo y represión. Como cualquier otra persona de su edad, Ana es una adolescente con deseos de salir con sus amigas, escuchar música, beber y tener sexo. Sin embargo, la personalidad rebelde que la lleva a desafiar las órdenes de su madre, salirse de casa y asistir a la fiesta del conflicto, es la misma que la mete en serios problemas cuando acaba en manos de la Securitate. Aunque ella no tuvo gran influencia en las actividades políticas discutidas durante la reunión, ahora corre enorme riesgo: de una noche normal entre adolescentes pasa a enfrentar un complicado dilema moral que involucra el destino de sus amigos.
Alexandru Belc te pide paciencia para seguir su historia. Aunque el primer acto se mueve a un ritmo glacial y falla en crear interés alrededor de su protagonista, es aquí donde el director presenta las bases del aspecto coming-of-age que más tarde dan frutos. Blec nos da una probadita de una vida adolescente con problemas universales para luego crear una reflexión sobre la atmósfera prohibitiva bajo la que esa juventud en específico tuvo que desarrollarse. Sin embargo, la carencia de tensión en la segunda mitad y el fluctuante ritmo de la misma, provocan que dicha reflexión no genere gran impacto: Belc tiene problemas transmitiendo el peligro opresor de la época.
La película está filmada en 35mm; la relación de aspecto, la utilización de lentes antiguos y el detallado diseño de producción y vestuario se complementan con un gran soundtrack, integrado por una combinación de éxitos locales e internacionales (como “Light My Fire” de The Doors), para transportarte a la época. Es a través de estas cualidades técnicas que Belc plasma la energía adolescente de sus jóvenes personajes y así generar mayor empatía hacia ellos. Por otro lado, el director de fotografía Tudor Vladimir Panduru utiliza con efectividad movimientos a mano durante los interrogatorios para transmitir la angustia de la protagonista.
“Metronom” tiene problemas capturando el terror de la opresión ideológica en despliegue y generando tensión para enganchar al espectador, no obstante, utiliza con destreza sus elementos técnicos y una buena actuación de Mara Bugarin para forjar un efectivo retrato psicológico de adolescencia forzada a crecer bajo miedo.
“Metronom” tuvo su estreno mundial en el Festival de Cannes 2022 en donde obtuvo Mejor Dirección en la sección Un Certain Regard. Imagen de portada cortesía de The PR Factory.