Todas las familias tienen fantasmas: traumas y actitudes heredadas de generación en generación que se perpetúan a lo largo del tiempo. Mucho de lo que somos viene de nuestra historia familiar, y lo cargamos (sin darnos cuenta) a lo largo de la vida. “My Grandfather’s Demons”, del director Nuno Beato y la productora Sardinha em Lata, es un ingenioso y tierno trabajo de animación que trata estos temas: la capacidad de las personas de sanar estas heridas y, de paso, convertirnos en mejores seres humanos.

La historia se centra en Rosa (Victória Guerra), una chica de la ciudad cuya vida se centra en el trabajo. Hace años que no habla con su abuelo, quien siempre trata de contactarla, solo para encontrarse con excusas por parte de ella. Todo esto cambia el día que Rosa recibe una triste noticia, su abuelo ha muerto y le ha dejado su propiedad: una fortaleza aislada del mundo en el campo portugués. Rosa se muda y descubre que su abuelo era una persona odiada por el pueblo aledaño, pero le ha dejado a su nieta un diario con una serie de pistas de cómo redimirse, así sea en la muerte.

Este es el primer largometraje de stop motion hecho en Portugal. Este estilo de animación no sólo es usado por su belleza visual: narrativamente es fundamental para transmitir el paso de la ciudad al campo, además de que le da a los personajes una textura similar a la cerámica, como las figuras que el abuelo de Rosa hacía para representar a las personas de su vida. 

Estas figuras son usadas durante los flashbacks en los cuales Rosa se entera de las actitudes tóxicas de su abuelo y por qué todos lo detestan. Conforme la chica va arreglando las heridas provocadas, ella misma va sanando, y estos personajes pasan de ser entes de pesadilla a compañeros de aventura. Nunca está claro del todo qué es fantasía y qué es verdad, la historia es una especie de realismo mágico en el cual estos fantasmas metafóricos cobran una forma física y ayudan a Rosa a liberarlos.

Pese a durar tan solo 85 minutos, el guion entrelaza las distintas capas de conflicto de forma fluida y con varios espacios de respiro que permiten al espectador disfrutar su bella animación. La evolución paulatina de Rosa es natural y nada atropellada, así como lo son la resolución de los distintos retos dejados por su abuelo. 

Quienes piensan (erróneamente) que la animación está destinada solo a los niños debería ver “My Grandfather’s Demons”: la subtrama de la abuela de Rosa, por ejemplo, es bastante oscura y sus implicaciones muy perturbadoras para un infante. Nuno Beato nos trae un trabajo adulto, maduro y a ratos adorable, con importantes reflexiones sobre la gratitud y el no olvidar de dónde venimos, pues solo así podemos sanar las heridas del pasado.

“My Grandfather’s Demons” tuvo su premiere norteamericana en el Fantasia International Film Festival 2022