En esta ocasión, el uruguayo Rodo Sayagues es el encargado de dirigir “No respires 2” y si bien se aparta un poco del estilo de su compatriota Fede Álvarez, logra una secuela efectiva, pero sin esencia ni congruencia narrativa.

Stephen Lang vuelve a interpretar a Norman Nordstrom, quien ahora vive en una casa alejada de la civilización. Al parecer, él se está haciendo cargo de una niña llamada Phoenix (Madelyn Grace), sin embargo, detrás de su vínculo hay un secreto más profundo de lo que parece.

El fenómeno que fue “No respires”, debido a su corto presupuesto (apenas 10 millones de dólares) y gran recaudación (cerca de 160 millones), así como el estilo de su director Fede Álvarez, quien jugó atractivamente con el silencio, la oscuridad de las escenas y la absorbente acción, provocó que la realización de una secuela generara mucha expectativa, pero el resultado es menor, y aunque en algunos aspectos cumple, en otros falla gravemente.

Todos los acontecimientos de la primera cinta no tienen consecuencias en este nuevo filme, ni en la historia ni en el desarrollo del personaje principal, lo cual hace que no sea una secuela directa, pero el planteamiento de esta nueva narrativa, genera dudas en cuanto a qué sí y qué no es canónico en el universo de estos personajes. ¿En realidad pasó lo de la anterior cinta?, ¿Nordstrom sí tuvo una hija?, ¿sí violó y mató con anterioridad? ¿es bueno o malo?, ¿qué es lo que en realidad sucedió? Preguntas que ojalá tengan respuesta en alguna otra parte. 

Otro de los problemas es la desorganización de temporalidad que los guionistas Sayagues y Álvarez manejan, ya que de una secuencia a otra transcurren ocho años, pero físicamente los personajes siguen idénticos, sobre todo el de Stephen Lang.

El desarrollo de personajes es muy vago, en especial el de Nordstrom, quien se convierte en una variante de Liam Neeson e incluso de Jean-Claude Van Damme, al ser un protector y prácticamente héroe, con tintes de desconcierto emocional; asunto opuesto a lo presentado con anterioridad, donde la figura del antihéroe/villano vislumbraba un potencial constituido por la completa inestabilidad psicológica y física.  

Aunado a esto, la historia rápidamente se convierte en un cliché del género, ya que continúa con las peripecias del mencionado protector en una aventura para rescatar a una menor de las manos de traficantes de órganos y de drogas. 

Desafortunadamente, este filme tiene más desventajas que aciertos, pero de éstos se puede rescatar los pincelazos gore presentes en escenas de acción, así como jumpscares funcionales, los cuales junto al ritmo ágil de toda la película, no dejan al espectador distraerse. 

“No respires 2” raya en lo innecesario, sin embargo, cumple bien como película del género de suspenso y de acción, ya que es efectiva y entretenida, pero es decepcionante como secuela de una de las mejores películas de la anterior década, por el nulo estilo y el confuso seguimiento narrativo. 

“No respires 2” ya está disponible en cines.