Lo que inmediatamente resalta de la devastadora escena inicial de “Fragmentos de una mujer” (Pieces of a Woman) es la autenticidad y visceralidad del parto que el director Kornél Mundruczó nos ofrece. La fuente de Martha (Vanessa Kirby) se rompe y los dolores comienzan, así que su pareja Shawn (Shia Labeouf) llama a la partera. El plan es dar a luz en casa, pero la partera de confianza está ocupada y manda a una cariñosa sustituta (Molly Parker). Martha grita, eructa y exclama sus miedos sobre cagarse encima. No es nada glamoroso, y por lo tanto, es muy realista. De repente te encuentras en medio de una situación de alta tensión con una mujer al borde del colapso, una partera desesperada y un asustado esposo llamando a una ambulancia. Durante esta larga escena de más de 20 minutos no hay un solo corte. Mundruczó te tiene atrapado en un baño experimentando dolor, preocupación, alivio… y más dolor. Es una secuencia virtuosa.
Uno pensaría que ese es el clímax de la película, pero lo interesante apenas comienza. Lo que en realidad hacen Mandruczó y su guionista Kata Wéber con el primer acto es establecer la intimidad de la pareja y hacerte saber que su futuro no va a ser igual. Lo que sigue es un estudio de duelo personal y en pareja.

Pronto aprendemos que Shawn es un recuperado ex-adicto y es muy probable que la reciente experiencia lo lleve a un camino oscuro. Elizabeth (Ellen Burstyn), la manipuladora madre de Martha, no deja de interferir en la vida de su hija y recurre a métodos legales para vengar su caso. Mientras tanto, Martha recibe miradas y comentarios de lástima; aunque parece estar en control de la situación, una mirada a una niña en la calle es suficiente para derrumbarla. En realidad, Martha no sabe qué hacer o cómo procesar su dolor y culpa.
¿Cómo lidiar con la pérdida? Algunos, como Shawn, se aferran al pasado y regresan a él, otros como Elizabeth necesitan encontrar a un culpable para descargar el dolor; necesitan a un chivo expiatorio… algo que les haga sentir alivio. Pero todo eso es inútil. El dinero, los señalamientos y la obstinación no van a servir de nada.
El proceso de duelo requiere de tiempo y tal vez por eso la película está organizada en capítulos. No todos ellos funcionan. Hay demasiados cambios de ritmo y LaBeouf (“Honey Boy”) llega a salirse de control con su iracunda actuación. Y es que en “Fragmentos de una mujer”, Shia LaBeouf interpreta a Shia LaBeouf porque hace todo lo que esperarías de él: gritos y reacciones exageradas. Lamentablemente, a veces esa explosividad se descarrila.
Ellen Burstyn demuestra su poder actoral en un monólogo magnético y definitivamente logra hacer que odies a su controlador personaje. Sin embargo, “Fragmentos de una mujer” siempre es el show de Vanessa Kirby (“The Crown”). La inglesa te vuela la mente y penetra el corazón con una actuación multifacética de auténtico dolor. Además de su espectacular interpretación de un parto, Kirby lidia con sentimientos muy complejos y navega por una variedad de dudas y estados de ánimo; es iracunda y apática, te rompe el corazón con una sutil mirada, y exhibe inteligencia y orgullo al no dejar que otros manipulen su vida. Todo esto coronado por un tercer acto memorable en donde su trabajo es tan bueno que por mucho lograr superar la escena del parto. Por esta actuación ya ganó Mejor Actriz en el Festival de Venecia y no tengo duda de que será una fortísima contendiente durante toda la temporada.
En “Fragmentos de una mujer”, Mandruczó explora cómo una tragedia puede unir o romper una relación y experimenta con las diversas maneras de lidiar con una pérdida. La película no deja de tener fallas y a veces te encontrarás viendo tu reloj, pero cuando Vanessa Kirby aparece, te olvidas de todo porque lo único que importa es ser testigo de su dolor.
Esta crítica originalmente formó nuestra cobertura de TIFF 2020. Se estrena en Netflix el 7 de enero de 2021.
