Hace ya varios años, “Piratas del Caribe” sorprendió a todos al convertirse en un éxito tanto comercial como crítico: su mezcla de humor, aventuras y acción la hicieron irresistible para las audiencias en todo el mundo. Hace ya mucho que la franquicia cayó en decadencia, alargando su estancia mucho más de lo necesario con secuelas poco memorables. “Piratas: El último tesoro de la corona”, del director Jeong-hoon Kim, llega a tomar el espacio que dejó esa saga: esta comedia romántica de acción y aventuras nos recuerda, con ciertos altibajos, lo entretenidas que pueden ser las películas de piratas.
Un grupo de piratas liderados por la capitana Hae-Rang (Han Hyo-joo) rescatan a unos bandidos, cuyo jefe es el altanero pero noble Woo Moo-Chi (Kang Ha-Neul). Juntos, se embarcan en la búsqueda de un tesoro ancestral, pero antes tendrán que enfrentar distintos obstáculos, traiciones y enemigos del pasado que amenazan con no sólo quitarles el tesoro, sino también la vida.
Ante todo, esta película es una comedia: si bien algunos chistes resultan burdos a ratos (particularmente cuando tiene que ver con algún fluido corporal), la mayoría funcionan bien y ayudan a plasmar el tono ligero de la aventura. Sin tomarse muy en serio, la historia nos lleva con humor por las trampas y sorpresas que uno esperaría: desde múltiples mapas y misterios, cuevas abandonadas, peleas de espadas, hasta un final a gran escala que cumple con las expectativas del género.
Si bien la trama tarda un poco en empezar, lo cual hace la primera parte un poco atropellada, la segunda mitad avanza sin problema hacia su destino, aumentando la dificultad de los obstáculos y manteniendo al público interesado en todo momento. Es también esta segunda parte la que tiene los mejores efectos, los cuales se ven bastante falsos al inicio (particularmente cuando aparece una estampida de vacas).
Sin embargo, el largometraje compensa sus defectos con el carisma de sus personajes (particularmente de los protagonistas), un constante aumento de tensión y un villano lo suficientemente amenazador como para hacernos temer por la tripulación. Su tono recuerda un poco a la divertidísima “¡Piratas!” de Peter Lord y Jeff Newitt, con pequeños pero memorables personajes secundarios, entrañables héroes y chistes constantes.
“Piratas: El último tesoro de la corona” podrá no tener el presupuesto de Hollywood, pero es una película de aventuras que saca más sonrisas que las últimas entregas con esta temática. Pese a no ser perfecta, espero con ansias volver a ver a estos marineros en una nueva y emocionante aventura: una que tal vez no sea el mayor tesoro de los siete mares, pero sí un cofre lleno de interesantes sorpresas.
“Piratas: El último tesoro de la corona” ya se encuentra disponible en Netflix.