Dos años después de la galardonada “Atlantis”, el cineasta ucraniano Valentyn Vasyanovych regresa a Venecia 2021 con “Reflection” (Vidblysk), otro filme enfocado en los estragos psicológicos de la guerra, ahora con un lente más desolador y existencialista.

Durante la guerra ruso-ucraniana del 2014, un cirujano ucraniano voluntario llamado Serhiy (Roman Lutskyi) es capturado por fuerzas rusas y obligado a utilizar sus habilidades médicas para mantener con vida a sujetos brutalmente torturados; uno de ellos resulta ser muy cercano a Serhiy. Esta terrible experiencia llega a su fin bajo la promesa (y amenaza) de nunca revelar lo que vio. De vuelta en casa, Serhiy intentará regresar a su vida normal y criar a su hija Polina (Nika Myslytska). 

Lo que inmediatamente llama la atención de “Reflection” es la fotografía. Fungiendo nuevamente como su propio cinefotógrafo, Vasyanovych utiliza encuadres rígidos y simétricos, muchas veces alejados de sus sujetos, para crear una observación calculadora de las experiencias de su protagonista. El filme es un ensamblaje de dioramas fríos y crudos de vida.

Aunque una vasta porción del filme se enfoca en seguir a Serhiy mientras intenta retomar su vida, la experiencia visceral que vive durante la captura es sobrecogedora. Esta serie de momentos crueles y deshumanizadores — capturados con inquietante elegancia visual por Vasyanovych — dejan una impresión indeleble en el resto del filme; las imágenes resuenan en las acciones y actitudes de un protagonista cuya cabeza claramente no ha podido escapar de la guerra. Y es que, ¿cómo hacerlo? Serhiy inicia como un civil común y corriente intentando salvar vidas y ayudar a su país, pero termina en un infierno del cual no puede hablar. Afrontar esta traumática transición, sin desahogo posible, es un desafío terrible.

El estrés postraumático se manifiesta en una segunda mitad emocionalmente distante. La única esperanza de luz viene de los esfuerzos de un padre y una hija (también sufriendo su propio duelo) por reencontrar su existencia. Un incidente simbólico involucrando a una paloma estrellándose, muriendo y dejando su marca en la ventana de la sala de Serhiy, genera una poderosa meditación sobre la existencia y la libertad. Padre e hija contemplan la marca, intentando encontrar explicaciones sobre la vida y la muerte. ¿Es esto todo lo que dejamos en el plano terrenal? ¿Una marca deleble? ¿Es posible llevar una vida normal mientras la tragedia de un mundo deshumanizado nos rodea? y ¿Qué pasa cuando nos estrellamos contra ese obstáculo aplastante que, como la paloma, pensábamos no estaba ahí?

La historia de “Reflection” no se desarrolla en la Segunda Guerra Mundial, Vietnam o los Balcanes. Tampoco tiene tintes de ciencia ficción como “Atlantis”. Se desarrolla en el Siglo XXI durante una guerra moderna que los medios de comunicación constantemente buscan dejar atrás en favor de contenido más atractivo. Vasyanovych nos recuerda que no podemos olvidarnos de los conflictos a nuestro alrededor. El horror y el trauma puede llegar en cualquier momento y afectar a personas normales para dejar una marca imborrable.

“Reflection” tuvo su estreno mundial en competencia por el León de Oro en el Festival de Cine de Venecia 2021.