En la “Casita del Terror IV” de Los Simpsons, Bart intenta convencer a todos de que hay un  gremlin intentando hacer chocar el camión escolar pero nadie le cree. Ahora reemplaza a Bart por Chloë Grace Moretz y al autobús por un avión en medio de la Segunda Guerra Mundial y tienes la premisa de “Shadow in the Cloud” (Una sombra en la nube) de Roseanne Liang, por lo menos en su primera mitad. 

Es 1947 y Grace Moretz interpreta a Maude Garrett, una piloto que aborda un avión B-17 rumbo a Nueva Zelanda con la misión de proteger y transportar un paquete misterioso. Sin embargo, la tripulación está compuesta por desagradables y muy misóginos hombres que no están de acuerdo con tenerla a bordo y la mandan a la pequeña cabina de una torreta. 

Durante más de media hora, Maude queda atrapada en el reducido espacio y es sometida a una oleada de desagradables burlas sexistas por parte de los soldados. Y para empeorar las cosas, una criatura aparece para intentar derribar el avión. Maude solo puede comunicarse por radio y naturalmente, nadie le cree. 

Pero ese es apenas el comienzo. De repente aparecen aviones de combate japoneses, el gremlin se pone más serio en sus intentos de destrucción, un bebé aparece en la trama y “Shadow in the Cloud” se convierte en una absoluta locura de cine pulp en donde abundan los balazos, el absurdo, los diálogos cursis y la diversión. Hay una escena involucrando una explosión que podríamos considerar como la epítome de la ridiculez, pero funciona en el tonto contexto de la película. Si este tipo de cine disparatado no te gusta, vas a odiar el filme.

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“Una sombra en la nube” | TIFF 2020

Los efectos especiales involucrando el avión son tan malos que algunas secuencias parecen stop motion, pero cuando te das cuenta de hacia dónde va la trama, todo encaja con la vibra de cine serie B. No todo se ve mal. Claramente todo el presupuesto se fue a la ejecución de la criatura mitad gremlin, mitad murciélago cuyo diseño es fenomenal. Y el score de Mahuia Bridgman-Cooper es hermoso: una mezcla de sintetizadores que recuerdan a películas de Carpenter.

Es imposible no mencionar el lado oscuro de la película. El co-escritor original de la película es Max Landis, el repugnante guionista acusado múltiples veces de acoso sexual y cosas peores. Y cuando llegan los créditos, el nombre de Landis es uno de los primeros en aparecer. No me sorprendería que originalmente este señor planeó la historia feminista de “Shadow in the Cloud” como una descarada y patética manera de pedir disculpas. Sin embargo, en entrevista el año pasado, Grace Moretz aseguró que lo distanciaron completamente del proyecto y la producción reescribió varias veces la película. Quiero creerle a la actriz, pero es imposible dejar de lado la desagradable sensación producida por ver tal nombre todavía en los créditos.

El programa Midnight Madness del Festival de Cine de Toronto está tradicionalmente conformado por películas de género, ideales para ver en una sala de cine llena junto a muchas personas dispuestas a pasarla bien. “Shadow in the Cloud” es exactamente eso: una película completamente tonta y ridícula que hubiera sido perfecta para la experiencia comunal de un Midnight Madness. Desde casa la experiencia no es la misma, pero mentiría si digo que no me divertí viendo a Grace Moretz tomar el papel de Ellen Ripley para humillar a un montón de soldados sexistas y patearle el trasero a una criatura con alas.

“Shadow in the Cloud” formó parte de la selección oficial de TIFF 2020. Ya se encuentra disponible para renta en Cinépolis Klic, iTunes y otras plataformas de VOD.