Las fake news están de moda y decenas de políticos intentan tomar ventaja (y defenderse) de ellas, pero esta amenaza siempre ha existido y el director coreano Kim Joon-ho utiliza ese concepto para darle vida a su nuevo filme “Jesters: The Game Changers”.

La historia tiene algunas bases en hechos reales ocurridos en el Siglo XV durante el reinado de la dinastía Joseon en Corea. Se rumora que el poderoso Rey Sejo (Hee-soon Park) obtuvo su posición en el trono traicionando a su sobrino; naturalmente esto no le gusta nada al rey, quien ordena a su corte hacerle creer al pueblo que él en realidad viene del cielo y así convencer a todos de que es un gobernante digno. Para esto, su mano derecha Han Myung-Hee (Son Hyun-Joo) recluta a un grupo de artistas callejeros (aquí llamados ‘jesters’ o ‘bufones’) cuyo objetivo será crear convincentes ilusiones que hagan ver al rey como un ente divino.

Si utilizamos términos modernos, este grupo de artistas es como un pequeño equipo de cine. Deok-ho (Cho Jin-woong) es un experto orador y el planificador de las historias (guionista y director); Geun-deok (Kim Seul Gi) puede crear cualquier tipo de sonido (sonidista); Jin-sang (Yoon Park) es un excepcional artista capaz de crear imágenes realistas (fotógrafo y artista visual); Kim Min-seok (Pa-poong) es un acróbata (doble de acción); y Hong-chil (Ko Chang-seok) es un titiritero y creador de utilería (diseñador de producción). 

Previamente, el equipo de artistas se encargaba de misiones mundanas como montar escenas para esparcir rumores de que un hombre engaña a su mujer, pero ahora son forzados por el gobierno a crear ‘milagros’. Por ejemplo, montan una ilusión en la que Buda aparece flotando en un templo mientras cae una lluvia de cerezos. Claro, todo lo hacen con cables, humo, pinturas, sonidos y otras técnicas muy imaginativas. Los pueblerinos quedan convencidos y comienzan a esparcir rumores por el reino sobre la divinidad del Rey Sejo. Estas ilusiones son el punto más fuerte de “Jesters: The Game Changers”, pues su ejecución es creativa y en ocasiones, espectacular. 

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A los artistas les duele usar sus habilidades para esparcir mentiras y hacerle creer al pueblo una historia falsa, pero no tienen mucha opción. Aunque reciben una buena paga, Han Myung-Hee constantemente los amenaza de muerte y les impone misiones cada vez más complicadas. El filme tiene un discurso muy interesante sobre el poder de la propaganda política y el cómo los poderosos reescriben la historia. Y aunque ésta es una película coreana situada hace miles de años, cuenta con reflexiones que también funcionan para ilustrar cómo funciona la sociedad del presente.

Quitando a un pésimo y recurrente chiste sobre un hombre orinándose en los pantalones, la comedia de “Jesters” es inofensiva. El humor contribuye poco por avanzar la historia y más bien es utilizado para quitarle seriedad al filme.

Entre la original premisa, el genial montaje de las ilusiones y las cualidades de producción, el filme se mueve a muy buen ritmo en su primera mitad. No obstante, la trama comienza a complicarse con la exploración de la verdadera historia del Rey Sejo y su relación al maquiavélico Han Myung-Hee. Hay complots y confusas traiciones que nunca terminan de convencer, aunado a que ningún personaje se siente bien desarrollado; Deok-ho es interesante, pero sus compañeros no tienen rasgos distintivos y sus arcos se quedan en el limbo. Como resultado, la historia comienza a sentirse pesada y el factor diversión desaparece. El ‘acto’ final es técnicamente bien ejecutado, pero se inclina demasiado hacia el absurdo. 

Aunque “Jesters: The Game Changers” llega a la línea de meta con las reservas de gasolina, la mezcla de historia coreana con fantasía y un excepcional diseño de producción es suficiente para mantenerte en el asiento. Además, Kim Joon-ho provee un imaginativo y simple manejo de temas de poder, control gubernamental y fake news para darle un relevante bonus a la trama.

“Jesters: The Game Changers” es una selección oficial de Fantasia Fest 2020.