Guy Ritchie vuelve a hacer dupla con Jason Statham (luego de “Revolver” y “Snatch”) para  entregar “Wrath of Man” o en español “Justicia implacable”, una cinta de acción muy a su estilo cinematográfico, con buenas dosis de acción y una historia, si bien sencilla, sólidamente construida. 

Jason Statham se vuelve a interpretar a sí mismo, aunque ahora con el nombre de H, quien luego de incorporarse a una empresa como guardia de seguridad, enfrenta varios intentos de atraco, sin embargo, pronto se conoce su verdadera identidad y el por qué está donde está. 

Statham se ha convertido en unos de los actores de acción más solicitados de Hollywood, y pese a tener un rango actoral limitado, siempre llena la pantalla con su personalidad; Ritchie no lo endiosa ni lo hace indestructible, más bien lo vulnera y lo convierte en otro peón al servicio de la trama. En el papel Jason es el protagonista, pero no sobresale tanto como lo que se cuenta. 

Ritchie no sólo se enfoca en construir una película de acción llena de energía, golpes, balazos y sangre, sino que le da un valor específico a la narrativa. La historia, dividida en tres actos con todo y título cada uno, primero plantea muchas preguntas, después las responde mediante flashbacks y al último otorga una resolución con redención sólo para el protagonista. La narrativa podría parecer compleja, cuando no es así, pero es de reconocer que el trabajo de montaje despista y genera atractivo porque trata de alejarse de la convencionalidad de las historias lineales, y eso, es parte del estilo del director. 

Otro de los aspectos característicos del trabajo de Ritchie es la cinematografía. El sonido y la fotografía hacen una mancuerna inigualable cuando de   generar intriga se trata, porque con movimientos de cámara inusuales y sonidos que acompañan cada toma, la película tiene otro sentido: ya no es sólo una cinta genérica de acción con Statham como protagonista, sino un filme de Guy Ritchie. Se mantiene la esencia de cintas como “Los Caballeros” o “El agente de C.I.P.O.L”, sin embargo, hubiera funcionado mejor si tuviera mayor apego a las dos cintas de Sherlock Holmes o “El Rey Arturo: La leyenda de la espada”, donde la cámara lenta sobresale. 

“Justicia implacable” es un vehículo de entretenimiento sólido e interesante porque impregna el estilo de uno de los directos más propositivos de la industria a nivel comercial. El peso está en la narrativa, y aunque no hay un frenesí de escenas sorprendentes de acción, las presentes se disfrutan completamente. 

“Justicia implacable” ya está disponible en cines.