Decir que “Pantera Negra: Wakanda por siempre” es una de las mejores películas del Universo Cinematográfico de Marvel e inclusive del subgénero de superhéroes sería una afirmación sesgada y apresurada, sin embargo, no cabe ni la más mínima duda que su aportación discursiva a nivel sociocultural dentro y fuera de la cinematografía es enorme, así como la de su antesesora, igualmente dirigida por Ryan Coogler. Esta nueva entrega, además de ser sumamente emotiva, pues regala pequeños abrazos al corazón de las personas que han sufrido pérdidas, es un efectivo ejemplo sobre la bienaventurada representación racial, étnica y homoafectiva en las nuevas narrativas a gran escala comercial.
El rey T’Challa (Chadwick Boseman) ha muerto. Wakanda, comandada por la reina Ramonda (Angela Bassett), debe defenderse de los ataques políticos relacionados a la posesión del vibranium, pero en el camino surge una nueva facción: Namor (Tenoch Huerta) y su pueblo Talokan. Los wakandianos, en donde, además de la reina, encontramos a Shuri (Letitia Wright), M’Baku (Winston Duke), Okoye (Danai Gurira) y varios más, deben decidir si aliarse con “el hombre sin amor” o luchar contra él, pues la respuesta puede poner en riesgo la vida en Wakanda e incluso de la Tierra.
Es cierto que al ser una cinta de Disney y Marvel, no se puede despegar de ciertas inconsistencias y convenciones técnicas y narrativas, pero eso es lo de menos teniendo de fondo un portentoso discurso sobre la representación racial. Innegablemente las marcas y las empresas lo utilizan para vender y satisfacer sus intereses económicos, pero al mismo tiempo están abonando a la construcción de nuevas identidades en los medios masivos; los niños y jóvenes que, por discriminación sistemática e invisible de la sociedad, no han encontrado figuras con las cuales relacionarse, con ayuda de estas películas pueden sentirse apapachados e identificados, además de no sentirse apenados e inseguros de lo que son y serán.
El cambio de origen y contexto de Namor (en los cómics originario de Atlantis; en la cinta tiene su génesis en México, durante las civilizaciones prehispánicas), es desarrollado de forma sólida y basta (por momentos pareciera que es su película), con toques románticos y un discurso de defensa forjado a través de impulsos crueles y firmes, sin nunca perder los detalles estéticos de su contraparte como las alas en los pies y las orejas puntiagudas. Estas características se elevan debido a la figura del mexicano Tenoch Huerta, quien le da una personalidad digna de los dioses mesoamericanos.
Shuri (interpretada por la polémica Letitia Wright), es uno de los personajes con mejor desarrollo en lo que va de los más de treinta productos fílmicos de la marca. En ella recae todo lo relacionado con el dolor de la pérdida; la masa viva de responsabilidades políticas para con su nación y la relación con las demás, así como con su gente; al igual que la incansable búsqueda de identidad a través de la constante reflexión y la vivencia de eventos trágicos. El manto de la Pantera Negra toma un nuevo significado: no se trata de quién lo porte, sino de qué estás dispuesto a hacer con él y con lo que representa.
Por otro lado, el director Ryan Coogler (quien escribe el guion de nuevo junto a Joe Robert Cole), prefiere darle mayor peso al drama, la reflexión sobre la muerte (planteada con ayuda del deceso de Chadwick Boseman en 2020) y la búsqueda de identidad, que a los momentos de artificiosa acción física. Esta decisión, la acerca más a “Eternals” en el tono y estructura, por lo cual podría no funcionar para los espectadores que estén buscando un ritmo frenético de diálogos y peleas. Sin embargo, ese tono semilento, a lado de la vistosa fotografía de Autumn Durald (quien también fotografía el video musical de Rihanna, “Lift Me Up”, canción hecha para la cinta), así como la lúgubre y muy cuidada composición musical de Ludwig Göransson (“Tenet”), logran transmitir sensaciones melancólicas, de pesadumbre y de profunda soledad frente un mundo al que parece no importarle nuestro sentir.
“Pantera Negra: Wakanda por siempre” es el adiós y el homenaje a un portentoso ser humano y artista como Chadwick Boseman, pero también funge como la bienvenida, tanto a Hollywood como al universo Marvel a actores y actrices como Tenoch Huerta, la siempre comprometida Mabel Cadena e incluso Dominique Thorne. No es una película de superhéroes; es una película ficcional de drama social con superhéroes cuyo mensaje es claro: la representación importa y es necesario avanzar en el planteamiento de nuevas narrativas que incluyan a todos, qué mejor que este mensaje se distribuya a nivel masivo y comercial.
“Pantera Negra: Wakanda por siempre” ya está disponible en cines y cuenta con una escena postcréditos.