Cada cinco años (o seis, en el caso de la edición 2021), los mejores pianistas jóvenes del mundo se reúnen en Polonia para participar en el Concurso Internacional de Piano Frédéric Chopin, una de las competencias más prestigiosas en el mundo de la música clásica. “Pianoforte”, de Jakub Piątek, nos permite sumergirnos en esta dura y estresante competencia a través del seguimiento de un puñado de sus participantes, quienes de lograr la victoria podrían tener su futuro musical asegurado.
“Quien gane esos 40 mil dólares va a usar ese dinero para ir a terapia”, dice la italiana Leonora Armellini, una de las pianistas que seguimos. Es una cita que encapsula todo lo que está en juego, el estrés de la competencia y también el feeling de “Pianoforte”, un documental que en vez de intentar comprender las motivaciones de sus sujetos, hace algo mucho más interesante: plasmar las exigencias del mundo artístico a una juventud que tal vez no está lista para lidiar con ellas.
La excelente edición de Ula Klimek-Piątek imita el fondo del filme: es ágil, es caótica, va de un pianista al otro, juega con el tiempo y lugar, genera tensión y alivio casi en iguales proporciones. Debo admitir que en momentos sentí frustración por no poder seguir con mayor continuidad a algunos de mis sujetos favoritos, pero más tarde comprendí que esa es una virtud de “Pianoforte”: utilizar su edición para comunicar la incertidumbre que sienten los participantes, el no saber qué pasará con su futuro si pierden la competencia o incluso de ni siquiera saber si pasaron de ronda. Esta introspección nunca es pesimista o abrumadora, pues también existe un balance con la esperanza, el amor por la música y la emoción del aspecto deportivo innato de una competencia.
Cada sujeto le da personalidad y sabor al documental, y también ayuda a mostrar contrastes: orientada por una exigente maestra, la galardonada rusa-armenia Eva Gevorgyan es una de las favoritas, pero poco a poco puedes comenzar a ver cómo la presión hace estragos en su desempeño; otro favorito, Alexander Gadjiev, parece tener todo bajo control y prácticamente no lo vemos practicar: parece tener la fortitud mental ideal para ganar; el chino Hao Rao es un underdog absolutamente adorable a quien vemos mucho más enfrascado en sus prácticas, siempre guiadas por su simpática maestra Vivian: pronto estarás apoyando a Hao para ganarlo todo; la honesta y encantadora Michelle Candotti es quien mejor comunica la presión del concurso, tanto con sus palabras como con sus acciones.
A pesar de que el filme nunca se enfoca exclusivamente en uno de sus sujetos, e incluso se olvida de algunos (como Leonora) durante largos periodos de tiempo, es muy difícil no encariñarse con casi todos ellos. Es tan efectiva la dirección de Piątek que cuando llega el momento de escuchar el veredicto final, te encontrarás inmerso y expectante, deseando que tu favorito sea anunciado como el gran ganador.
Previo al gran desenlace, en la última ronda del concurso, Piątek y Klimek-Piątek nos muestran la gigantesca habilidad y pasión de sus sujetos en un extraordinario montaje de cada uno de ellos tocando su pieza final para así demostrar que tal vez es ridículo poner a competir a estos jóvenes vulnerables, pues todos tienen talento de sobra y es cruel colocar a uno por encima del otro, en particular cuando ves las emociones que son capaces de despertar en la audiencia. O tal vez este es exactamente el tipo de retos que le permiten a un artista dar el siguiente paso o darse cuenta de que tal vez su futuro está en otra parte. La magnífica “Pianoforte” te deja sacar tus propias conclusiones.
“Pianoforte” formó parte de la sección Sound & Vision de CPH:DOX 2023.