Ninguna edición de Fantasia Fest está completa sin un buen filme hongkonés de acción y este año, no hay mejor manera de cumplir la cuota que con una protagonizada por Donnie Yen y Nicholas Tse. Se trata de “Raging Fire”, último filme dirigido por Benny Chan, maestro del cine de acción quien falleciera en agosto del 2020.
Cheung Sung-bong (Donnie Yen) es un inspector honesto que no dobla las rodillas ante nadie. Hace muchos años, su compás moral lo obligó a decir la verdad y mandar a un grupo de compañeros a la cárcel tras el asesinato de un sospechoso. Ahora libres y liderados por Yau Kong-ngo (Nicholas Tse), los expolicías se embarcan en una ola de crímenes para cobrar venganza, comenzando con el brutal asesinato de un grupo de excolegas; entre las víctimas se encuentra Lui (Yiu Yeuk-sing), mentor y gran amigo de Cheung.
La historia, escrita por Benny Chan, Ryan Ling y Tong Yiu-ling, presenta situaciones convencionales del cine de acción hongkonés. En “Raging Fire” encontramos amenazas de bomba, situaciones con rehénes, robo a una bóveda, un policía castigado por sus superiores, persecuciones en carros, enfrentamientos mano a mano y la muerte de un mejor amigo como motivación para el protagonista. Son escenarios ya vistos en innumerables ocasiones, pero aquí funcionan gracias a las palpitantes escenas de acción que los acompañan y el carisma de sus dos protagonistas.
Nicholas Tse (“The Stool Pigeon”) hace funcionar a un villano con tintes genéricos gracias a su asombroso desempeño en escenas de acción (particularmente cuando tiene un cuchillo en sus manos) y la crueldad plasmada en pantalla; su arco de búsqueda de venganza funciona y, por unos minutos, incluso te hace empatizar con su situación. Tse impresiona entre balazos y fuera de ellos, cuando entrega un monólogo o explica sus maquiavélicos planes.
Donnie Yen (“IP Man”) tiene 58 años y no muestra señales de desacelerar. Es un rayo y un absoluto deleite en combate mano a mano; su presencia ayuda a sobrellevar al personaje cliché del policía recto que se mete en problemas por desobedecer la burocracia de su institución. Tiene una diminuta y desperdiciada subtrama con su esposa (interpretada por Anna Lam) que solo existe para darle emoción a una escena de rehénes; a pesar de que no exista conexión emocional hacia la relación esposo-esposa, la escena funciona perfectamente gracias a la intensidad de Yen.
La acción es feroz e impresionante. Las coreografías son nítidas y los niveles de tensión son para morderte las uñas; Chen hizo un sobresaliente trabajo escalando la emoción de los enfrentamientos. También tenemos un duelo entre motocicleta y carro que pone en vergüenza a la saga entera de “Rápidos y Furiosos”. Asimismo, los peligrosos stunts te quitan el aliento; uno de ellos, involucrando a Yen salvando a un niño, tal vez te haga saltar del asiento, o por lo menos soltar un grito de admiración.
El melodrama policíaco es la carta débil de la película. Yau fue víctima de la arrogancia y deshonestidad de sus superiores, así que decepcionado por su experiencia, defiende un ideal de violencia y venganza. Por otro lado, Cheung se ve forzado a luchar contra el productor de su propia honestidad al tiempo que lidia con la hipocresía de su institución. El guion explora la línea moral presente en el trabajo del policía, obligando a generar interrogantes sobre el bien y el mal. No es la primera vez que se exploran o explorarán estos temas, y “Raging Fire” no hace mucho por absorberte a través de ellos. Y a fin de cuentas, es difícil tomarlos en serio. Después de todo, estamos hablando de la policía de Hong Kong.
Pero ya todes sabemos que no estamos aquí por la historia. “Raging Fire” es una película que sobrepasa la barrera de su propia convencionalidad a través de emocionantes escenas de acción. Es una gran despedida de Benny Chan que funciona como inyección de adrenalina y un homenaje al cine hongkonés de acción.
“Raging Fire” tuvo su premiere canadiense en el Fantasia International Film Festival 2021 y ya se encuentra disponible en cines estadounidenses.