“Rápidos y furiosos” (2009) marcó el fin de la coherencia y lógica perteneciente a la saga, sin embargo, el propósito de las subsecuentes, y por supuesto de “Rápidos y furiosos 9”, es apelar profundamente a la nostalgia y a la acción desenfrenada con el objetivo de crear escenarios imposibles que marquen presencia en el género. 

En esta novena entrega, el equipo de Dominic Toretto (Vin Diesel) se enfrenta a una nueva amenaza global liderada por su hermano, Jakob (John Cena). Justin Lin, quien dirigió Reto Tokio, el cuarto, el quinto y el sexto filme, explora el origen de los Toretto y trae de regreso a personajes aparentemente desaparecidos. 

Lo mejor de estas cintas es la honestidad con la que deambulan en el género, pues lo único que pretenden es extender y sorprender a los espectadores con escenas destructivas, casi a nivel Vengadores. No esperan ser tomados para nada en serio, sólo que se les disfrute como lo que son: espectáculo con el mero propósito de entretener, y vaya que cada vez se superan más.

Esta novena película marca el epítome del valor constante en la franquicia: la familia, no sólo por el conflicto entre hermanos, sino por el regreso de personajes, claro, de forma conveniente, que han formado parte del grupo en historias anteriores. El guion no le teme a los trucos bajo la manga ni a romper cualquier tipo de lógica narrativa con tal de generar nuevos problemas, y sólo busca apelar a cualquier tipo de nostalgia y trazar el camino hacia grandes y grandilocuentes escenas de acción.

Sin duda alguna, estos momentos fílmicos donde los protagonistas pueden morir a cada paso, y que además son la evolución del concepto original de carreras, valen  la pena ser vistos en pantalla grande, claro, sin esperar nada de coherencia o “realismo”, pero sí bastante adrenalina, estilo y efectos especiales al por mayor. 

La puerta está abierta para la décima y onceava película, pero no podemos descartar los múltiples spin-off en el camino. Cuando pensamos que ya nada más grande puede pasar, Universal Pictures sabe cómo ser cada vez más sorprendente, y sí, aunque narrativamente comience a sofocar, eso es lo que menos importa a estas alturas.

“Rápidos y furiosos 9” es una dosis de energía pura, de esas que los fanáticos y el público casual pueden disfrutar; con un soundtrack, como siempre funcional (y más porque cuenta con Bad Bunny, uno de los cantantes urbanos más reconocidos de la actualidad), con la gran mayoría del elenco de vuelta y sí, un final emotivo. 

“Rápidos y furiosos 9” ya está disponible en cines.