El éxito es un objetivo constante en la vida de las personas, pero ¿qué es? y más importante, ¿cómo se siente tener éxito? Sly es un documental dirigido por Thom Zimmy que explora la historia y la psique de Sylvester Stallone, uno de los actores más emblemáticos del cine de acción desde los años setenta, a través de declaraciones que filosofan sobre la vida, el éxito, los triunfos y los fracasos.
En este documental, Sylvester Stallone expone cómo marcó su vida la tormentosa relación con su padre y cómo inclusive algunos personajes que interpretó durante su época dorada estuvieron relacionados a ese vínculo. Por otro lado, el material hace un recorrido por su carrera como actor y guionista, al mismo tiempo que ahonda en la importancia de algunos de sus personajes, tanto a nivel personal como social.
Sly se suma a la lista de documentales que no solo se limitan a narrar cronológicamente la carrera de una figura prominente, sino que se preocupan por cincelar a esas figuras a través de la exposición de sus ideologías y filosofías con respecto a tópicos complejos como la vida misma. Sly se apoya de entrevistas, material de archivo y una fotografía coordinada por Justin Kane, que emula a la nostalgia a través de imágenes sin tanta iluminación que retratan artilugios de cada proyecto del protagonista. En general este proyecto cumple con su objetivo: demostrar que Stallone es mucho más complejo de lo que podría parecer y separarlo de sus personajes.
Thom Zimmy (Elvis Presley: El rey del rock and roll) enfrenta a dos Sly: uno joven, que está en la cima de Hollywood, contra el actual de setenta y siete años, con más experiencia y otra concepción del medio fílmico. Esta dinámica dialéctica resulta ser reflexiva y enriquecedora a nivel emocional, pues da cuenta del crecimiento ideológico que debe tener una persona con el paso de los años y las experiencias; si opinamos y pensamos lo mismo que hace diez años, estaríamos ante un sesgo cognitivo peligroso.
El director eleva la calidad del documental y le da voz a pocos, pero contundentes testigos de la carrera del actor como Quentin Tarantino, cuya aparición sorprende y más al declararse gustoso de la carrera de Sly, y un Arnold Schwarzenegger sin ego que acepta que Sly lo superó en la férrea competencia que tuvieron en la taquilla.
Esta película confirma que estamos ante un artista que ha sabido cómo anteponerse a sus debilidades histriónicas, aprovechar su actitud ante las adversidades y entender el negocio del cine y de su cine: “Llenamos el vacío de nuestras vidas a través de la imaginación. Yo estoy en el negocio de la esperanza […] Todos dicen: ‘podemos hacer de todo, cualquier cosa’. No, no puedes. Tienes debilidades manifiestas y grandes fortalezas. Concéntrate en las fortalezas”. Este último pensamiento fue la clave para aceptar que las cintas malogradas de comedia en su filmografía (hechas para competir con Arnold) fueron una pérdida de tiempo porque simplemente no era su género.
Uno de los temas más interesantes que aborda el documental y que delinea aún más a Stallone es la dificultad de tener éxito. El actor reflexiona con la cámara sobre eso que llega como una tormenta, es inestable y provoca bastante soledad, eso que parece que todos desean, pero pocos están dispuestos a soportar, eso que Sly deseó, consiguió y al mismo tiempo le privó durante mucho tiempo de disfrutar a su familia al grado de desgarrarla. ¿Estamos dispuestos a pagar el precio del éxito?
Sylvester Stallone no sería Sylvester Stallone sin las figuras ficticias de Rocky y Rambo, dos personajes que salieron de su cabeza y que no solo potenciaron su carrera, sino que se convirtieron en referentes importantes de la cinematografía. Zimmy brinda espacios para hablar de cada uno y los acompaña con un montaje dinámico (hecho por el mismo Zimmy y Annie Salsich) y música compuesta por Tyler Strickland, que sin duda hace que el material se despegue de la convencionalidad técnica y despierte la emoción por revisitar tanto al boxeador como al traumado soldado.
Sly es de esos productos que no quieres que se terminen, pero que afortunadamente al final te sacan una sonrisa por el cúmulo de emotivos recuerdos y reflexivos comentarios. Guste o no, es innegable el gran aporte de Sylvester Stallone a la historia del cine de acción. Un documental emocionante, nostálgico y que tira al suelo toda clase de máscaras en torno a Sly.
“Sly” ya está disponible en Netflix.