¿Qué pasaría si las corporaciones encontraran la manera de infiltrar publicidad a nuestros sueños? “Strawberry Mansion” es un algodón de azúcar hecho cine que trasciende su colorida y surreal estética para abordar temáticas siempre vigentes de mercadotecnia abusiva y capitalismo desenfrenado. Es cine independiente audaz y rebosante de creatividad dirigido por el dúo de Albert Birney y Kentucker Audley, quien además funge como protagonista.
La historia se desarrolla en un futuro no muy lejano. James Preble (Audley) trabaja para el gobierno auditando sueños: con ayuda de un dispositivo examina los sueños de las personas y registra el cobro de impuestos de acuerdo a los elementos que se encuentren en ellos.
Un día, James es encargado con la tarea de auditar los sueños de Arabella Isadora (Penny Fuller), una alegre y excéntrica señora artista viviendo en una remota casa rosa. Al pasar unos días revisando sus sueños, conservados en cintas VHS, James comienza a enamorarse de la joven Arabella (Grace Glowicki), lo cual lo conduce a descubrir una impactante conspiración involucrando publicidad.
“Strawberry Mansion” nos lleva a un mundo surreal con cenas románticas, aventuras en el mar y botargas de animales. Es una exploración de sueños en donde una crítica anticapitalista converge con un dulce romance.
El filme funciona como una advertencia sobre el peligroso proceso evolutivo de las corporaciones. Y aunque la temática es oscura, los directores la implementan con creatividad y ligereza; por lo mismo, el mensaje es un tanto superficial y no termina por crear un análisis distinto o provocativo. Más bien, la trama se preocupa por desarrollar la historia de amor entre James y Bella, y lo hace muy bien.
El micropresupuesto no es excusa para Birney y Adler, quienes construyen una estética vibrante y psicodélica que mezcla influencias antiguas y modernas, siempre preservando una atmósfera de ciencia ficción. Elementos de utilería están claramente hechos a mano, los efectos especiales de vieja escuela funcionan dentro de este contexto y el score musical de Dan Deacon, centrado en sintetizadores, complementan el encanto surrealista. Es un deleite audiovisual y sentimental entrar a este mundo.
La actuación de Kentucker Audley es tenue; después de todo, su personaje es un trabajador del gobierno. Audley habla en susurros y observa con gran atención. La magia de su interpretación radica en la utilización del silencio para generar ternura en las escenas románticas, mismas que te arrastran por la conjunción de elementos en despliegue. Audley y Birney nos invitan a respirar el amor en el aire.
Como las dos versiones de Arabella, Penny Fuller y Grace Glowicki son dos lados de una misma moneda. Fuller tiene esta sonrisa burbujeante y un brillo en los ojos que sugieren una historia cautivadora. Glowicki es la alegría personificada; su energía se fusiona con la estética a su alrededor. Ambas trabajan en la misma sintonía emocional.
“Strawberry Mansion” nos regala una historia existencialista que utiliza una estética vibrante para crear inmersión y de paso aterrizar un mensaje sobre control gubernamental. Es como un sueño en donde un oscuro aprendizaje llega de la más amable y dulce de las manos.
“Strawberry Mansion” tuvo su estreno mundial en Sundance 2021 y su premiere canadiense en el Fantasia International Film Festival 2021.