En su obra semibiográfica, “Last Film Show”, Pan Nalin captura esa sensación de profunda emoción que el cine es capaz de generar. Y no se detiene ahí. Despierta memorias, evoca esperanza, llora el reemplazo del cine analógico y celebra a los grandes directores que lo inspiraron a él y a muchos más. 

La película comienza con un mensaje de agradecimiento para los hermanos Lumière, Eadweard Muybridge, David Lean, Stanley Kubrick y Andrei Tarkovsky. Ese respeto y amor al arte está presente en cada cuadro de “Last Film Show”.

Junto a su familia de bajos recursos, el pequeño Samay (Bhavin Rabari) hace un viaje al cine. A su padre Bapuji (Dipen Raval) no le gusta mucho la actividad, sin embargo hará una excepción para ver una cinta religiosa. “Será tu última película”, advierte a su hijo. Qué equivocado iba a estar. Samay cae enamorado de la experiencia cinematográfica y pronto comienza a planear cómo faltar a la escuela para escabullirse al nuevo lugar de sus sueños: la sala de cine.

La carencia de dinero no detiene a Samay. Tras fallidos intentos de escabullirse, se hace amigo de Fazal (Bhavesh Shrimali), el amigable proyeccionista quien le permite ver películas gratis a cambio de la deliciosa comida de su madre. Este pequeño punto narrativo genera una poderosa conexión familiar, en donde los platillos encapsulan el amor de una madre, mismos que indirectamente alimentan el espíritu y los sueños de su hijo. Nalin le dedica especial cuidado a capturar el proceso de preparación de esta comida. Es un magistral ciclo metafórico en donde el director plasma al amor familiar como motor de cambio.

Las tomas de Samay viendo películas son mágicas. Sus ojos cuentan una historia propia; a través de ellos, ves el nacimiento de una pasión. La emoción del niño llena la pantalla. Y pronto, esa mirada pasa a ser la de un soñador. Samay quiere hacer cine, pero ¿por dónde empezar? ¿Cómo lograrlo viviendo en una aldea tan pequeña y modesta? 

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Bhavin Rabari y Bhavesh Shrimali en “The Last Film Show” | Fotografía por Navjot Singh

El ímpetu y determinación por, de alguna manera, luchar por su objetivo inspiran a Samay a intentar replicar la experiencia cinematográfica en su aldea y con ayuda de su encantadora pandilla de amigos, comienza a estudiar los comportamientos de la luz para intentar crear su propio proyector casero. El amor y la pasión sobrepasan el obstáculo de la pobreza.

Nalin nunca cae en el melodrama ni deja que la pobreza defina a sus personajes. La narrativa se enfoca en el poder de la pasión y la determinación humana para llegar lejos con el apoyo familiar y del entorno. El apoyo emocional es clave.

Cuando la modernidad alcanza a los personajes, “Last Film Show” aborda el reemplazo del celuloide con la era digital y lo hace a través de una secuencia inolvidable y soberbiamente ensamblada, pero brutalmente desgarradora. Son momentos que apretarán el corazón de cualquier cinéfilx y hablan de un profundo respeto de Nalin al séptimo arte. 

La fotografía de Swapnil S. Sonawane le da una cualidad romántica y de ensueño a la película. La fascinación que Samay siente por las luces es reflejada en asombrosas tomas y juegos con la luz del sol. Asimismo, la belleza de los paisajes en donde los niños juegan o preparan su proyector le da un aire de libertad a la historia; libertad para alcanzar las metas. Es un trabajo excepcional cuyas tomas enaltecen los objetivos del guion.

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“The Last Film Show” | Fotografía por Navjot Singh

Para encontrar a su protagonista, la producción buscó entre más de 3,000 niños en áreas remotas del oeste de India. Su selección final fue perfecta. La actuación de Bhavin Rabari es totalmente natural; su amor hacia el arte es palpable y nunca deja que la inocencia o ternura definan a su personaje. El joven tiene fuego en la mirada y entrega momentos de enorme emoción que te reducirán a lágrimas.

Bhavesh Shrimali también se destaca en el papel de amigo y mentor de Samay; comparten una conexión maravillosa y sus interacciones conducen a mayor empatía hacia ambos personajes. Como el padre, Dipen Raval desaparece intermitentemente durante la película, pero cuando de emotividad se trata, su trabajo es inmejorable. 

A veces nos perdemos entre números de taquilla, corporaciones y streaming. Pero “Last Film Show” se olvida de todo eso y regresa a las raíces del cine. Es una oda magistral y entrañable que parte de los sentimientos más profundos de amor hacia el cine para celebrar la fuerza de la pasión y agradecer a lxs maestrxs del séptimo arte. Es un logro artístico que conmueve, inspira y desborda amor hacia esa maravilla llamada cine.

“Last Film Show” o “La última función de cine” tuvo su estreno mundial en Tribeca Film Festival 2021.