La película ganadora del Leopardo de Oro en Locarno 2021, “Vengeance is Mine, All Others Pay Cash” intenta ser muchas cosas al mismo tiempo: filme de artes marciales, drama, comedia, erótica y hasta ciencia ficción, pero nunca encuentra estabilidad, resultando en un fiasco narrativo.

Ajo Kawir (Marthino Lio) tiene disfunción eréctil y cree que el mejor antídoto es pelear porque eso lo hace más hombre. Sin embargo, nada soluciona su problema, ni siquiera su encuentro con Iteung (Ladya Cheryl), una guardaespaldas con quien sostiene una brutal pelea que deriva en amor mutuo. A Iteung no le importa la disfunción de Ajo, así que contraen matrimonio, pero entre inseguridades e ímpetu sexual, la felicidad no puede durar mucho.

La película es un comentario sobre la toxicidad masculina y la idiótica obsesión por la virilidad que las sociedades sostienen. Ajo prefiere hacer ghosting a aceptar su problema y utiliza la violencia como desahogo de su frustración; un flashback revela que la causa del problema fue presenciar un acto de violación durante su infancia. Sin embargo, hasta ahí queda el desarrollo porque la narrativa toma giros poco convincentes que se olvidan del trauma para intentar crear parodias y homenajes al mismo tiempo. No hace falta decir que ambos intentos fracasan.

El guion, adaptado de una obra de Eka Kurniawan, no explora de manera satisfactoria ninguno de sus hilos y el poco interés que genera hacia el personaje de Ajo se evapora pasando la primera media hora. Iteung tampoco recibe un trato adecuado; es una excelente peleadora pero nunca aprendemos por qué y su desarrollo no logra salir del cliché. Sin embargo, son las escenas de Iteung las que mejor funcionan gracias a la energía que Ladya Cheryl imprime a su personaje. No podemos decir lo mismo de Marthino Lio, quien nunca apantalla en las escenas de acción, tiene poca química con Cheryl y luce perdido en la incongruente trama. Agregamos un ritmo fluctuante y obtenemos una receta para el sueño.

Las pocas coreografías funcionan y plasman el amor del director Edwin por cintas clásicas de artes marciales; combinado con la filmación en 16mm, funcionan como un homenaje, pero nada más. El resto del filme es estático.

El director Edwin avienta de todo a una licuadora sin previamente haber visto qué había en el refrigerador. “Vengeance is Mine, All Others Pay Cash” es un audaz intento por mezclar géneros que desesperadamente lucha por mantener tu atención, pero solo incrementa la profundidad de su tumba con cada nuevo intento.

“Vengeance is Mine, All Others Pay Cash” formó parte del programa Contemporary World Cinema en TIFF 2021.