“No hacer nada; quedarse y luchar; irse”. El eslogan publicitario de “Women Talking” o “Ellas hablan” es también un pilar fundamental de la cinta: al descubrir que los hombres abusaban sexualmente de ellas, mujeres de una comunidad menonita hacen una votación con las tres opciones repetidas por el eslogan y, al quedar en un empate entre quedarse y luchar o irse, las tres familias principales hacen una reunión para decidir cómo responderán ante tales tragedias. Basada en la novela de Miriam Toews, “Ellas hablan” es la nueva película de Sarah Polley y es protagonizada por un elenco coral compuesto por Rooney Mara, Claire Foy, Jessie Buckley, Judith Ivey, Ben Whishaw y Frances McDormand.

Después de una introducción contextualizada y narrada por una de las adolescentes de la comunidad, la película nos lleva a la reunión en donde las mujeres dialogan sobre su futuro a través del análisis de su pasado de abuso a manos de los hombres. La mayor parte de la película está situada en el granero donde tienen la junta, lo cual genera la sensación de que estás observando una obra teatral, y más con los monólogos que cada mujer da para defender su postura, o incluso cambiarla.

El combate contra el dolor se refleja de diferentes formas, en este caso, de manera multigeneracional: las ancianas argumentan sus posturas principalmente de manera empírica y las adolescentes son más directas al querer acabar con el dilema en segundos. Por otro lado, las adultas (principalmente conformadas por los personajes de Foy, Mara y Buckley) tienen un enfoque diferente entre cada una: Salome (Foy) es furiosa y vengativa, ella está dispuesta a matar para proteger a su familia; Ona (Mara) es más reflexiva y sensible, entiende lo que pasa y da alternativas que puedan servirle a todas; por último, Mariche (Buckley) se encuentra en un estado cínico e incluso exhausto.

El guion llega a ser confuso, pues los monólogos se conectan de tal forma que todo el discurso se siente comunicado por una sola voz, pero me gusta interpretarlo como las conclusiones que una víctima ha tenido mientras lidia con el trauma. A ellas se les dijo que los ataques fueron hechos por Satanás o solo resultado de sus imaginaciones, y descubrir la verdad puede sentirse como una sofocación llena de impotencia, ¿cómo se combate tal degradación?

Los diálogos son cuestionamientos que toda mujer puede llegar a tener. No todos están correctamente conectados  (como asesinar a los perpetradores o perdonarlos), pero es porque nosotras no fuimos enseñadas a cómo reaccionar ante estas situaciones a las que estamos tan acostumbradas. Personalmente, he vivido las propuestas y las contrapropuestas que se expresan en “Ellas hablan” ante el trauma: un día pensaba en perdonar, pero al siguiente deseaba venganza, solo para que al final decidiera qué hacer para evitar tales situaciones, y no hablo de cómo no “provocar” que me dañen, sino en enseñar lo correcto a la gente que interactúa conmigo.

Sin embargo, llegar a un veredicto puede ser difícil, en particular con el tiempo encima, pues los hombres regresarán a la comunidad en dos días y ellas tienen una fecha límite para decidir el futuro de una comunidad, con posturas muy diferentes pero válidas. Este es un punto fuerte del acercamiento que hace Polley con el guion: son distintas perspectivas de la verdad y para entenderlas existen pausas para escuchar, descansos para el desahogo emocional e interrupciones compuestas de un leitmotiv creado por Hildur Guðnadóttir: un par de campanadas para recordar el después de la violencia impuesta hacia las mujeres.

En el inicio de la cinta se nos muestra un subtítulo: “lo que sigue es un acto de imaginación femenina”. Si bien está basada en la violación en serie ocurrida en Manitoba, localidad menonita en Bolivia, da coraje saber que todo esto pudo no haber pasado y que aún existe un sistema que protege a los agresores. Brad Pitt, uno de los productores de “Ellas hablan”, fue acusado por Angelina Jolie tras presuntamente violentarla en 2016, y aún así eso no lo ha detenido de trabajar en cintas que abogan justicia para víctimas de abuso, como “She Said”, otra película de 2022 que habla sobre problemas similares a “Ellas hablan”. Aún vivimos en un sistema patriarcal que afecta tanto a las mujeres como a los hombres en donde no se hace ni el más mínimo cuestionamiento de las acciones de los victimarios para mostrarse como aliados.

A pesar de ser opacada por la presencia de Pitt, “Ellas hablan” es una película que es importante y digna de ver, pues reflexiona las circunstancias de las mujeres a partir de su trauma y explica las diferentes perspectivas que se pueden tener en una situación tan delicada como el abuso, resultado de una normatividad que para nada es aceptable, sin importar en qué lugar del mundo te encuentres. Así que, cuando ellas hablan, nosotros debemos escuchar.

“Ellas hablan” o “Women Talking” ya está disponible en cines mexicanos a través de Universal Pictures.