“El individualismo, egoísmo, consumismo y progreso desenfrenado no nos están llevando a ningún lado”. En su filme debut “Undergods”, el director español Chino Moya ha plasmado una serie de ideas sobre moralidad y humanismo que intentan advertirnos sobre el declive sistemático de la sociedad. Esto a través de una historia de ciencia ficción con toques setenteros y estructurada como antología ochentera, todo acompañado por las espectaculares sensibilidades artísticas que han hecho de Moya un director de videos musicales y fotógrafo reconocido en todo el mundo. Como parte de mi cobertura de Fantasia Fest 2020 y previo a la premiere mundial de “Undergods”, tuve la oportunidad de charlar con Moya sobre sus intenciones, su amor por el terror y el sci-fi, el estado de la sociedad, y el largo camino para producir su primera película. 

La historia de “Undergods” inicia con dos recolectores de cadáveres recorriendo las calles de una ciudad distópica en ruinas. Mientras hacen su trabajo, estos personajes intercambian pavorosas historias sobre hombres blancos de clase media viendo sus mundos desmoronarse tras la llegada de una persona extraña a sus vidas. Además de entrelazarse, estos relatos muestran una carencia de moralidad e intelectualidad, aunados al colapso de la sociedad.

“Me interesa mucho la idea de las utopías y las sociedades utópicas que se vienen abajo, es una cosa que los humanos hacemos constantemente y siempre sale un poco mal”, dijo Moya, cuyas ideas tienen raíces en el sistema que lo vio crecer en su país natal. El director nació después de la muerte de Franco pero cuando todavía no empezaba la democracia en España. “Había una especie de socialismo, una economía regulada por el estado que dio paso al capitalismo salvaje en los ochentas”, comentó. 

“En “Undergods” también quería reflejar las dos propuestas de organización social y económica surgidas entre los siglos XX y XXI. Por un lado las utopías fascistas y comunistas que desembocaron en la Segunda Guerra Mundial y el fracaso de la Unión Soviética, y del otro, las utopías de libre elección y neoliberalismo salvaje que, como estamos viendo actualmente, no son más que un sueño que está llevando a la pobreza a mucha gente”, explicó el director. “Ambas propuestas fueron impuestas por el hombre occidental blanco y han sido estrepitosos fracasos, por lo menos desde mi punto de vista”.

Para llevar a cabo su visión, Chino Moya mezcló estos temas con fantasía, un poco de humor negro y sus influencias, muchas de ellas derivadas de su infancia en los 80’s. A sus 7 años, el español ya había visto “La Cosa” de John Carpenter sin restricción alguna.

“Desde muy pequeño vi todo el canon de terror de los 80’s. “El Exorcista”, “El Resplandor”, “Poltergeist”, “La Cosa”, “Alien”, luego todo el mundo de “Star Wars”. También leí muchos cómics de Marvel y ciencia ficción, algunos de ellos rayaban en lo pornográfico y nadie nunca me dijo nada. Y no era el único”, comentó Moya. “En estos tiempos, España pasó de ser un estado católico conservador totalitario, a un sitio donde todo estaba permitido. El sexo y las drogas eran bien vistas y aceptadas. Tuve suerte porque pude ver todo lo que quise sin censura y mucho de eso ha influido en esta película”.

Las inspiraciones sci-fi y de terror están presentes a lo largo de “Undergods”, pero son más notorios en el inquietante concepto de una cruel fábrica, casi prisión, basada en algunos de los ejemplos más extremos de brutalidad humana: gulags y campos de concentración. “Es una representación de lo que hacemos los humanos a nosotros mismos”, dijo Moya sobre la fábrica. “Es algo que me interesa mucho. ¿Cómo llegamos a esos niveles de crueldad, brutalidad y salvajismo contra nosotros mismos?”

Y es que una vez más nos encontramos con el tema del progreso. “Las utopías comunistas y fascistas, así como el capitalismo y neoliberalismo coinciden en una fascinación por la idea del progreso. Todo está basado en generar, trabajar, construir más… y al final lo que hemos hecho es dañar al planeta”, explicó Chino Moya. “En la fábrica de mi película vemos a humanos ser sometidos a un sistema brutal en un sitio que se supone debería generar algo. Pero el sistema ha colapsado tanto que ya no genera nada”.

Este lugar también está inspirado en la familia de Moya, pues sus dos abuelos estuvieron en la cárcel; uno de ellos estuvo en el lado perdedor de la Guerra Civil y estuvo confinado durante muchos años. 

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Pero esa no es la única fábrica que visitamos en “Undergods”. Más tarde, Moya nos muestra otra fábrica, ahora en la modernidad. Aunque en una no hay brutalidad visible, ambas comparten ideas similares. “Los dos son espacios muy deshumanizados en los que el hombre se convierte en un mecanismo más de esa maquinaria”, dijo el director. “Hay cierta metáfora sobre esta vida moderna que llevamos de automatones, en la que vamos a trabajar, volvemos, nos montamos en el ascensor, el autobús o el metro, o hacemos una cola para ir al banco o comprar alimentos. Las fábricas son una versión extrema de eso”.

Pareciera que “Undergods” sólo está pintando un futuro gris, pero a través de sus historias, Moya nos advierte sobre el estado carente de espiritualidad y moralidad en el que nos encontramos para así buscar una mejoría de la sociedad. Durante una junta clave para desarrollar el proyecto, Moya se topó con una protesta a su guión.

“Casi al final de la reunión, me dijeron: ‘Esta película no tiene ningún tipo de esperanza, es muy pesimista’. Tuve suerte porque durante esa semana había leído algo sobre pesimismo y les repetí unas frases. El pesimismo es optimista porque te ayuda a cambiar. Si te parece que el mundo es fantástico y todo va fenomenal, pues seguiremos como estamos hasta que un día se derritan los polos, venga otro virus o pase algo tan desastroso que ya no haya vuelta atrás”, explicó Moya. “Mi intención principal es que la gente vea que estas ideas de progreso, consumismo, utopías irrealizables y dictaduras del hombre blanco nos están llevando a un desastre absoluto. El desastre climático nos ataca cada vez más. Y todo tiene que ver con una falta de de moral, ética y espiritualidad”.

“La humanidad está en un estado muy miserable. Es muy superficial, individualista y poco comunitario, que es lo que encontramos con mis personajes”, dijo. “Quiero intentar que la gente se dé cuenta que nos estamos encaminando a un precipicio y hay que parar. Espero que la película contribuya un poquito a que por lo menos la gente se replantee sus ideas de egoísmo y consumismo, y que nos intentemos ayudar los unos a los otros. Ayudar a vecinos, sociedades, países y al planeta Tierra. Dentro del pesimismo de “Undergods”, mi intención es positiva”.

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Todas estas ideas cobran vida con ayuda de un exquisito estilo audiovisual. Chino Moya ha trabajado con grandes marcas y artistas, y en su trabajo podemos encontrar una fascinación por la arquitectura y el surrealismo. Estos mismos elementos se aprecian en “Undergods”, principalmente en un elemento clave del filme: una ciudad futurista en ruinas que alguna vez fuera una utopía.

“Eso lo hice en colaboración con Elo Soode, una artista conceptual. Me gusta mucho la arquitectura comunista y brutalista. Yo crecí en Madrid, una ciudad de bloques de edificios y eso es algo que me interesa. La idea de grandes bloques y edificios monumentales que acaban cayéndose a cachos. Es metafórico con la idea del declive de la masculinidad que también plasmó en la película”, dijo Chino Moya. “Me gusta la idea de esta arquitectura tan deshumanizada que empequeñece al ser humano. También tomé inspiración de “Stalker” de Tarkovski, así como muchos cómics de Enki Bilal. Fue una mezcla de mis imaginarios, un poco de sci-fi y la arquitectura comunista que siempre me ha fascinado”.

Y desde el aspecto técnico, la construcción de esta ciudad no fue simple. Todos los planos que vemos son calles reales de Belgrado que Moya y su equipo filmaron. El equipo de efectos visuales borró coches, tiendas, semáforos y otros elementos, y a partir de ahí, se construyó la ciudad distópica.

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Aunado a la espectacular fotografía y efectos visuales, “Undergods” cuenta con un fenomenal score musical compuesto por Wojciech Golczewski que utiliza sintetizadores y electrónica de los ochentas. 

“Yo tenía una playlist que fui construyendo durante el proceso de escritura y financiamiento de “Undergods”. Quería que fueran sonidos sintetizados y analógicos. La inspiración venía de grupos alemanes de los 70’s y 80’s… grupos de krautrock electrónicos cuya música tiene algo entre esperanzador, deprimente y melancólico”, comentó Moya. “La mitad de la música en la película es original y la otra ya había sido compuesta. Compramos unos cuantos temas de música electrónica cuyas licencias no fueron ni difíciles ni caras de conseguir”.

“Cuando se incorporó Wojciech, yo ya tenía ideas y referencias. Él es un maestro del sintetizador y bandas sonoras, así que lo entendió muy bien. Pero también fue un proceso complicado, pues él venía de un mundo más americano, tipo Carpenter, y yo lo intenté llevar a la versión europea de todo eso. Al final fue una experiencia muy grata y lo hizo muy bien”, dijo Moya.

Sin embargo, para llegar a este punto, Moya y su productora Sophie Venner tuvieron que ser muy pacientes. El director español tardó muchos en años en recibir aprobación para “Undergods”, cuyo arriesgado guión fue difícil de vender. 

“Era un no permanente, pero continuamos. Yo tenía la necesidad de hacer esta película. Y me dije: con o sin dinero, la tengo que hacer. No importa si la tengo que filmar con un iphone, pero la voy a hacer como sea”, comentó Moya.

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Esta insistencia de Chino fue recompensada cuando, después de muchos años, el British Film Institute (BFI) se interesó en el proyecto.

“Yo, siendo español, sin haber ido a escuela de cine, sin cortos premiados, habiendo estado 10 años o más presentando proyectos en España sin recibir aprobaciones, pensé que no me iban a dar nada en el Reino Unido, pero aún así lo presentamos. Les gustó lo primero que vieron, nos llamaron, nos pidieron el guión y empezamos a pasar filtros, pero todavía tenían dudas”, dijo el director. Sin embargo, en medio de este proceso ocurrieron dos acontecimientos históricos claves: Brexit y la elección de Donald Trump en Estados Unidos.

“De repente las ideas del hombre blanco y utopías comenzaron a tener más sentido y empezaron a empatizar con la película, a entenderla más. El proyecto cogió tracción y después de tres años de recibir ‘no’ permanentes, pasamos al sí”, comentó. “Nos dieron dinero en el Reino Unido. Había un pitch abierto en Bélgica y también nos dieron dinero público ahí. Luego en Estonia… y de repente tuvimos más inversionistas de los que necesitábamos. Ya habíamos rellenado el presupuesto.”

Antes de todos estos países, la primera productora que apoyó a Chino Moya fue la de Ridley Scott. “Nos dieron un poco de dinero para seguir adelante y además nos dejaron usar la oficina. Tener reuniones en la oficina de Ridley Scott, con el huevo de “Alien” y el póster de “Blade Runner”, y todo eso nos cambió la perspectiva. Ellos fueron los primeros que nos apoyaron”, expresó el director.

“Undergods” terminó siendo una co-producción entre Reino Unido, Suecia, Serbia, Estonia y Bélgica. Con tanto país involucrado, ¿cómo hicieron Moya y Venner para desarrollar la película?

“Fue muy complicado porque cada país exigía que usaramos actores y equipo técnico de ellos. Pero eso nos ayudó porque nunca quisimos una película británica. Queríamos una película mayoritariamente en inglés, pero con gente europea, con acentos. Todo esto nos facilitó el proceso creativo porque pudimos meter a actores de varios países”, dijo Chino Moya. 

El elenco de “Underdogs” terminó siendo muy rico. Tenemos al húngaro Géza Röhrig, estrella de la galardonada “Son of Saul”; a la escocesa Katie Dick, actriz que apareció en “The Witch”; a Katariina Unt, una de las actrices más reconocidas de Estonia; y al irlandés Ned Dennehy de “Mandy” y la serie “Peaky Blinders”; por mencionar a algunos.

“Fue un popurrí de gente de toda Europa que viajó a Serbia para filmar. La postproducción fue un tremendo lío porque estábamos haciendo sonido en Suecia y los efectos especiales en Bélgica”, comentó. “Fue muy complicado armar el rompecabezas y para la productora Sophie fue una pesadilla absoluta con la que todavía sigue lidiando el día de hoy. Creo que vamos a ser una de las últimas producciones con esas características antes de que Reino Unido ponga la valla el 31 de diciembre y se acabe la movilidad física con el resto de Europa. 

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La película se estrenará en Fantasia Fest, pero con la situación pandémica es complicado saber cómo será su distribución. “Underdogs” se completó en marzo, justamente cuando paró el mundo. “Todas las conversaciones y planes previos perdieron su valor y ahora hay que plantearnos qué hacer en el nuevo mundo”.

A Chino Moya le gustaría que la película se pudiese ver en cines, pero está abierto a la idea de una distribución digital, sobre todo porque la temática de “Undergods” encaja con la del aislamiento. “La verdad no sé, no tengo idea. Me encantaría que se viera en cines. Por la naturaleza de la película, verla confinada no estaría mal porque quizás aporte a la atmósfera. Tal vez estaría bien hacer un evento en algún sitio abierto, aprovechar la idea y buscar un hangar raro o algún sitio derruido en donde guardias te obliguen a poner una máscarilla”, dijo.

Todos los años, el propósito de Año Nuevo de Moya había sido dirigir una película. Ahora que lo ha logrado, ¿cuál es su siguiente propósito?

“Dirigir la segunda”, me dijo sonriendo. Afortunadamente ya tiene algunos proyectos en mente. “Mi intención es tener por lo menos dos guiones acabados para no limitarme a un solo proyecto. También quisiera escribir algo muy pequeño que exija pocos movimientos y actores, y sea realizable en las actuales condiciones. Espero que de aquí a un año, si hablamos, te pueda decir que estoy en conversación de más proyectos en marcha”.

La ópera prima de Moya es un filme absorbente e inteligente, con temas de relevancia actual, un poderoso mensaje y un exquisito estilo audiovisual. Es uno de los mejores debuts del año y un imperdible para fanáticos de la ciencia ficción.

“Undergods” tendrá su premiere mundial el 30 de agosto en Fantasía Fest 2020. Después de la proyección virtual, Chino Moya participará en un Q&A. El 2 de septiembre se llevará a cabo una segunda función.