Elizabeth de Austria, también conocida como Sissi, fue una figura trágica que hasta ahora fascina al público, basta ver los muchos trabajos dramáticos que se han que se han hecho sobre ella (entre ellos la nueva serie de Netflix “La emperatriz”). Sin embargo, como con Diana de Gales o Marilyn Monroe, el público parece más embelesado ante la idea de ella y su sufrimiento que a analizar quién era realmente. Esto último es la pregunta propuesta por la directora Marie Kreutzer en la magnífica “Corsage”, una divertida, moderna y muy atípica exploración de un año en la vida de esta interesante mujer.

Tras cumplir 40 años, Elizabeth (Vicky Krieps) se considera anciana y hace todo lo posible por mantener su juventud y su imagen. Sin embargo, esta presión de cumplir el papel de buena esposa y emperatriz chocan siempre con su carácter rebelde y a ratos infantil. Entre anacronismo y tradición, la película se imagina este año en su vida a través de su relación con las distintas personas que viven a su alrededor.

Tratar de explicar la trama de “Corsage” más allá de lo enunciado sería arruinar varias sorpresas, y tampoco resultaría muy esclarecedor: Kreutzer está más interesada en mostrar la lucha interna entre las contradicciones de Elizabeth, entre la mujer y la emperatriz, la madre y la niña, la esposa abnegada y la mujer con deseos. Afortunadamente, Vicky Krieps (“Hold Me Tight”) se suma gustosa al reto y da una brillante interpretación digna de ser llamada de las mejores del año. Su Elizabeth es juguetona, exasperante, irresponsable, cariñosa, todo al mismo tiempo en un ambiente en el cual solo se espera que sea una figura solemne a la cual el pueblo (y la audiencia) pueda admirar.

Krieps expresa toda esta frustración contenida en cada gesto, en cada sonrisa sardónica y en inesperados exabruptos, sobre todo una divertidísima secuencia que involucra una de las primeras cámaras de cine. La evolución de su personaje es casi imperceptible, pero para cuando uno llega al final queda claro quién es esta mujer y qué busca, cuáles son sus deseos y cómo le afecta su falta de libertad.

Al igual que su protagonista, la película se mueve entre el drama de época tradicional y un acercamiento más audaz y moderno, sin llegar nunca a ser ninguno de los dos. Esta decisión es brillante, pues la propia obra se niega a ser encasillada en uno u otro: esto no es ni “Elizabeth” de Shekhar Kapur ni “María Antonieta” de Sofia Coppola, es “Corsage” de Marie Kreutzer y nadie le va a decir qué hacer ni cómo hacerlo. Este acercamiento puede ser frustrante al inicio para los aficionados del género, pero resulta en un ejercicio sumamente original e interesante para quienes busquen algo inesperado.

Tanto Kreutzer como Krieps nos entregan un trabajo osado y diferente, algo caótico pero siempre con suficiente sostén en la realidad para recordarnos el contexto en el cual se desarrolla. Puede que no cumpla las expectativas de todos, pero eso no importa, al final “Corsage” está muy segura de sí misma y de lo que quiere decir, y eso es más que suficiente.

“Corsage” es la selección de Austria para el Oscar de Mejor Película Internacional 2023. Se estrenará en cines mexicanos próximamente a través de Tulip Pictures. Imagen de portada cortesía de Tulip Pictures.