“Clapboard Jungle” es una descripción acertada de la industria del cine: una jungla de claquetas que todo aspirante a cineasta debe aprender a explorar y dominar. Y en este documental de Fantasia Fest 2020, el director canadiense Justin McConnell nos explica con lujo de detalle ese complicado proceso.
En 2014, McConnell decidió comenzar a documentar sus esfuerzos por despegar un proyecto fílmico independiente desde sus inicios. Esta idea se fue transformando en toda una odisea a través de la cual el director te explica todo lo que debe hacer un cineasta para poder salir adelante. Y es tan fascinante como informativo.
Para ilustrar y aclarar todas las maromas por las que McConnell atraviesa para recibir la aprobación de un filme, el documental utiliza muchas y muy valiosas entrevistas con todo tipo de miembros de la industria: guionistas, actrices, actores, publicistas, programadores de festivales, artistas de efectos especiales, productores, y directores, incluyendo a Paul Schrader, George Romero y hasta Guillermo del Toro.

¿Qué obstáculos tienen los cineastas independientes? ¿De dónde sacan dinero? ¿Cómo pueden recortar costos? ¿Qué involucra el ser un director? ¿Cómo se debe tomar a la crítica? Todas estas preguntas son respondidas con profundidad en apenas los primeros minutos de “Clapboard Jungle”, cuando McConnell apenas está planteando sus ideas y esperanzas.
Eventualmente, el director hace mancuerna con la guionista Serena Whitney para intentar vender la adaptación fílmica de un libro de terror. Para ello, deben preparar material gráfico, el guión, concept, y luego ir al ‘mercado’ de filmes, convencer a productores y negociar con inversionistas. Es un procedimiento duro y francamente desalentador. Mientras ves el pietaje de McConnell y Whitney haciendo todo esto, productores con trayectoria te explican por qué es necesario y cuáles son las dificultades del proceso. Es una dinámica muy efectiva.
McConnell mezcló sus vivencias personales con la sapiencia de gente experimentada para ilustrar cada paso del proceso. Por ejemplo, cuando McConnell está teniendo problemas trabajando en un cortometraje de terror con efectos prácticos, escuchamos entrevistas de un legendario artista de efectos especiales, quien explica las dificultades del maquillaje, y la importancia del tiempo en el proceso. De esta manera el documental combina el elemento humano de un director sufriendo por seguir su pasión, con el elemento técnico proveniente de las explicaciones de los expertos, resultando en un producto cautivador y sumamente educativo.

El documental es una fuente de información. Explora la importancia de la edición, el guión, la dirección de casting, de seleccionar el festival adecuado para mostrar tu filme; te explica qué es el ‘Mercado de Cannes’ y por qué es una oportunidad dorada para todo cineasta; te muestra lo desesperanzador que es el proceso y las características que debe tener un director para sobrevivir en tal ambiente; también se habla sobre diversidad y lo difícil que es para mujeres y personas no-blancas destacar en una industria tan cerrada y conservadora.
Pareciera que es demasiada información para un documental de 98 minutos, pero McConnell hizo un trabajo estupendo en la edición. El ritmo es rápido y las explicaciones interesantes: se pasa como agua. Además, se siente como una experiencia íntima, en la que vas aprendiendo a navegar la jungla cinematográfica junto a McConnell, quien comienza como un director verde, y después de mucho esfuerzo y sacrificio, recibe la oportunidad de su vida.
“Clapboard Jungle” te abre los ojos en muchos aspectos y te obliga a valorar aún más al cine, sobre todo cuando es independiente. Es una cautivadora experiencia y una lección de paciencia, humildad, y sacrificio para todos aquellos que quieren dedicar sus vidas al séptimo arte.