Puede que sea sorprendente, pero en su extensa carrera Russell Crowe nunca había hecho una película de terror: El exorcista del papa es su debut dentro del género y en ella otorga una actuación destacable. La película dirigida por Julius Avery (Némesis) es una propuesta que sobresale por sus planteamientos sobre las relaciones carnales y la corrupción eclesiástica. 

El sacerdote italiano Gabriele Amorth (Russell Crowe) es el principal exorcista del Vaticano y el único que puede exorcizar, en dado caso, al mismísimo papa. Su personalidad bonachona y sarcástica no le ha caído nada bien a los altos mandos de la Iglesia, pero saben de sus grandes capacidades y por eso lo mandan a España a exorcizar a un niño. Aquí, Amorth poco a poco se da cuenta que todo ha sido una trampa ingeniada por el demonio para utilizarlo e infiltrarse en el Vaticano.

Es un hecho que existe una saturación de películas de terror sobre exorcismos, pero entre el abultado pajar se pueden encontrar productos sobresalientes (como todo lo generado por El conjuro) y El exorcista del papa es un ejemplo de ello, pues es propositiva, es encabezada por un actor prominente, tiene una interesante historia y está basada en los sucesos reales relatados por el Amorth de carne y hueso en sus memorias. 

Russell Crowe (Thor: Amor y trueno) encarna a un sacerdote sarcástico y buena onda, casi como estrella de rock (que utiliza lente oscuro y viaja en motoneta para llegar al trabajo) y esa personalidad no es el único valor diferencial, sino que le da humor orgánico al desarrollo de la trama con diálogos y acciones para aliviar la tensión. Si bien es el estilo que ha utilizado Crowe en algunos de sus recientes papeles, en esta propuesta funciona porque la persona en la que se basó era así, todo un rockstar y rebelde. 

La narrativa escrita por Evan Spiliotopoulos (Ruega por nosotros) y Michael Petroni (El rito) es convencional (el clásico exorcismo y enfrentamiento con un demonio), sin embargo, el antagonista y su construcción es lo que le da sentido a toda la historia. Asmodeo, nombre del antagonista, es un demonio de la lujuria, responsable de controlar a los seres humanos y pervertir sus deseos sexuales; él provoca que cada uno de los personajes principales se retuerzan ante sus pasados relacionados con crímenes sexuales o experiencias pasionales con finales atroces.

El exorcista del papa es una efectiva película sobre posesiones demoniacas, con actuaciones sobresalientes de Russell Crowe. El caso es tan interesante que despierta mucho interés en la audiencia como para investigar aún más y por qué no, construir teorías sobre otra cicatriz de la Iglesia. Si la película tiene buenos números en taquilla, sin duda Crowe se puede convertir en un John Wick, pero que enfrente a monstruos satánicos y tenga su propia franquicia. 

“El exorcista del papa” ya está disponible en cines.