Durante tan crucial etapa de la vida humana en un planeta en crisis, el cine puede ser una herramienta poderosa para inspirar, concientizar y cambiar mentes. Con un mensaje ambientalista sencillo para toda la familia, transmitido con amor y el apoyo de la siempre confiable figura de Tom Hanks, “Finch” de Miguel Sapochnik puede ser esa herramienta, por lo menos para dar el primer paso.
Finch (Hanks) es un inventor viviendo en un búnker subterráneo junto a su perro Goodyear. Ciudades derruidas, paisajes desérticos y tormentas abundan en la civilización postapocalíptica que les rodea como producto del grave daño ocasionado a la capa de ozono. Además de la precaria situación, Finch se encuentra muy enfermo así que construye a un androide llamado Jeff (Caleb Landry Jones) que pueda cuidar de su amado Goodyear cuando él ya no pueda seguir adelante.
Con la situación climática empeorando y una enorme tormenta amenazando con destruir su búnker, Finch, Goodyear y Jeff se embarcan en un viaje rumbo a San Francisco para encontrar un nuevo hogar. En la travesía, Finch deberá enseñarle a su robot “recién nacido” tácticas de supervivencia, al tiempo que lidian con peligrosos obstáculos como un tornado, la letal radiación solar y el acecho de otros humanos.
Apoyado de un gran guion de los relativos novatos Ivor Powell y Craig Luck, Miguel Sapochnik (“Game of Thrones”) dirige con certeza y corazón este road movie de ciencia ficción que maneja un importante mensaje humano y ambiental sin taladrarlo en nuestra cabezas.
La relación entre Finch y Jeff es utilizada para explorar temas de confianza, soledad, trabajo en equipo y empatía. Jeff es como un niño chiquito; inquieto y travieso, constantemente interroga a Finch sobre su vida y las condiciones a su alrededor. Además de aprender sobre la personalidad del protagonista y los antecedentes de la trama, estas interacciones proveen advertencias sobre el cuidado al medio ambiente y reflexiones a favor de la vida animal.
Tom Hanks (“Greyhound”) hace un excepcional trabajo en el papel protagónico, balanceando la vulnerabilidad de un hombre moribundo con la de un superviviente que no se puede dar el lujo de cometer errores. A pesar del desalentador panorama y la melancolía embebida en la historia, Hanks llena la pantalla de calidez; su mezcla de humor, preocupación y amor dejan en claro el profundo afecto que existe entre Finch y Goodyear.
Los efectos visuales para darle vida a Jeff son sobresalientes. La autenticidad del robot nunca se cuestiona y su implementación es completamente orgánica a los ambientes a su alrededor, y, además de lucir reales, sus movimientos torpes y mecánicos son una efectiva fuente de comedia. Caleb Landry Jones (“The Dead Don’t Die”) hace una gran labor de motion capture; ya sea balanceándose inquietamente en el asiento de copiloto o sumergido en la incertidumbre del futuro, pequeñas acciones y detalles en su actuación ayudan a inyectar de humanidad al robot.
Y si la historia de un Tom Hanks moribundo luchando por darle un futuro adecuado a su perrito en un mundo desolador no te hace llorar, pues entonces el tremendo score original del maestro Gustavo Santaolalla (“Babel”) lo hará: es un trabajo conmovedor que te apachurra el corazón en los momentos justos. Asimismo, el excelente diseño sonoro potencializa emociones. La mezcla del sonido de los ladridos o lloriqueos de Goodyear funcionan para crear tensión o ternura dependiendo del momento; los sonidos de los robots son utilizados astutamente para generar empatía (Dewey literalmente funciona como un perro robot); y el peligro de los tornados se hace más grande gracias a un opresivo balanceo sonoro.
Con mano delicada y apoyándose de un conmovedor desarrollo narrativo, “Finch” deja en claro que no podemos ocultarnos en nuestras casas y pretender que nada está ocurriendo. Si no te importan las consecuencias del calentamiento global en tu persona, vale la pena voltear hacia aquellos seres sin voz que podrían convertirse en víctimas inocentes de los estragos que nosotres mismos provocamos. Es una película con altos valores de producción que, al ritmo de la magistral y ambivalente “American Pie” de Don McLean, conmueve, entretiene y utiliza gratos mensajes de amor animal y cuidado al medio ambiente para inducir a una importante reflexión en chicos y grandes.
“Finch” se encuentra disponible a través de Apple TV+.